Legionarios y clanes castrexos limaron sus diferencias, tras el choque, en torno a una abundante y sabrosa sardinada

Vecinos y visitantes siguieron con expectación la batalla del río Lethes

Las tropas romanas atraviesan el río Lethes o del olvido, siguiendo a Décimo Julio Bruto. (Foto: JOSÉ PAZ)
Décimo Julio Bruto plantó cara a la superstición de río del olvido -el Lethes o Limia- y con su ejemplo animó a sus tropas a atravesarlo, primer paso para doblegar al pueblo castrexo que habitaba en sus orillas, y dominar este importante nudo de comunicación con el noroeste peninsular. La recreación del paso del río Lethes siguió todos los pasos marcados e hizo vibrar a los habituales de esta Festa do Esquecemento y sorprenderse a quienes se acercaban a este evento por primera vez en su vida .
Previamente a este acto central de la fiesta histórica limiana, se desarrolló en la Praza Maior la lucha de gladiadores y una degustación de 'pócimas romano-castrexas', cuya receta se guardaba celosamente, aunque el contundente contenido estaba asegurado.

El desfile de las tropas romanas camino del río Lethes era el preámbulo de una recreación histórica que año tras año sigue fiel a sus puntos esenciales, hasta desembocar en la batalla, que, sin sorpresas, se decantó del lado romano.

La crudeza del choque no fue problema para que minutos más tarde, tanto las tropas romanas como las castrexas desfilaran amigablemente en un acto de despedida que tendría su colofón en la novedad de este año, la 'Enchentum Sardiñarum', o degustación gratuita de sardinas asadas con pan y vino del país en la Praza Maior, acompañadas de los premiados vinos de la Denominación de Origen de Monterrei.

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