AFILANDO INCONFORMISMOS

Adriana Domínguez: "Hemos superado tempestades donde otros se hundirían"

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Adriana Domínguez afila su inconformismo con La Región

Adriana Domínguez estudió en colegios internacionales de Inglaterra, Suiza y Alemania. Habla con fluidez cinco idiomas, toca el piano y es licenciada en Ciencias Empresariales Internacionales por ICADE y CESEM (Francia). Son datos que ofrece su currículum, pero lo que no dice es que le gusta cantar, que lo hace bien, que tiene huerta y gallinas y que son esos pequeños detalles los que la anclan a su tierra, a Ourense, de donde no puede despegarse.

Actriz, emprendedora, directiva… Su trayectoria profesional revela un espíritu inconformista, pero ¿cómo se define? 

Si tengo que definirme sería como una persona con alma de artista. Lo bonito de las almas artistas es que no siempre saben hacia dónde se dirigen y eso les permite navegar la vida con una gran apertura de miras. 

Su trayectoria profesional ha estado ligada a experimentar en diferentes campos. ¿Estamos en el definitivo, se ha acabado la búsqueda?

No se ha acabado la búsqueda, pero sí es cierto que estoy muy centrada en este momento profesional. Me entusiasma la empresa y creo que tengo mucho campo por delante. También pienso que las empresas necesitan reinventarse constantemente para ser relevantes. Por eso sí, me veo con permanencia en este proyecto, pero con interacciones nuevas constantes.

¿Cómo fue crecer dentro de una familia emprendedora? 

Tengo muchísima identidad de familia empresaria, que no quiere decir empresa familiar. Una familia empresaria como la nuestra se caracteriza por abuelos y padres empresarios, tíos empresarios, primas empresarias... todo el mundo está detrás de una empresa. Es un planteamiento vital muy posibilista, de quien cree que los retos y las metas se pueden conseguir en la vida.

Adriana Domínguez, ceo de AD. José Paz
Adriana Domínguez, ceo de AD. José Paz

¿Qué valores o consejos le ha transmitido su padre que siempre tiene presentes?

Uno de los consejos que siempre tengo presente es que “lo óptimo es enemigo de lo bueno”. Tener alma perfeccionista está bien, pero no hay que dejarse vencer por la realidad y no frustrarse por no conseguir que las cosas sean tan perfectas como uno querría.

¿Qué parte de esta actitud vital viene de la genética y cuál es personal?

Mitad, mitad. Como se suele decir en estos casos “mitad cultura, mitad natura”.

En el año 2017 es nombrada directora general y comienzan los cambios. Uno de los más significativos es trasladarse a Ourense. ¿Por qué?

Era lo que tenía sentido para esta empresa y era el momento de hacerlo. Era arriesgado porque cada lugar tiene sus ventajas e inconvenientes. En Ourense tenemos talento local, pero a veces necesitamos tirar de talento de fuera. Por el contrario, en grandes capitales puedes conseguir profesionales más rápido, pero también se van más rápido. Son problemas diferentes. En cualquier caso esta empresa nació aquí y tenía todo el sentido que estuviese aquí.

Toma las riendas en un momento crítico. ¿No tuvo vértigo del momento?

Sí, he tenido mucho vértigo. Gestionar una empresa está llena de vértigos constantes, porque nada es estable. Pero lo que yo ya sabía, y lo he comprobado cada día en estos últimos siete años, es que esta empresa tiene una marca muy fuerte, que es la que nos ha permitido navegar entre tempestades y seguir a flote donde otras se hundirían. 

“La arruga es bella” marcó un hito en AD, y en 2019 lanzó “Sé más viejo”, hablaba ya de sostenibilidad. ¿No era una apuesta arriesgada para el momento?

La función de la moda es señalar futuros que vienen. Ya desde “la arruga es bella” enseñábamos a ver la belleza donde otros no la veían. En los años 80 el lino era un material que casi no existía y estaba casi estigmatizado porque arrugaba. La magia de una empresa como la nuestra es atrevernos y hacer cosas donde otros no arriesgan. Por eso estoy encantada de lo que hace cinco años era arriesgado en términos de sostenibilidad hoy es plenamente compartido. Y esto es así porque marcas como la nuestra, y muchos actores sociales, vamos empujando esos límites.

“La magia de una empresa como la nuestra es atrevernos a crear tendencias donde otros no arriesgan”

La fortaleza de la moda gallega es innegable. ¿Hay alguna clave que pueda explicar esta realidad?

Eso es algo que yo también me pregunto y no tengo una respuesta definitiva. Pienso que en Galicia existía una base social de subsistencia, que cosía y diseñaba, que resolvía sus necesidades en cuanto a su forma de vestir. Ese base social se desarrolló posteriormente en las primeras cooperativas, en sastres y modistas, en diseñadores que poco a poco fueron abriendo un camino. A esto añadiría que los gallegos hemos sido siempre muy prácticos para desarrollar empresas en torno a diseñadores y también habría que tener en cuenta nuestra vocación internacional. Eso es algo que sólo se puede entender con nuestra extensa red de emigrantes en todo el mundo; salir a conquistar nuevos mercados nunca ha sido un obstáculo para nosotros.

En cuánto a las colecciones de AD ¿dónde están las fuentes de inspiración?

Nos inspiramos mucho en nuestro propio legado, sobre todo en la esencia de Adolfo como fundador de la empresa. Somos percibidos como una marca intelectual, somos muy profundos y eso permea en nuestras colecciones y nuestros mensajes, tenemos mucha sensibilidad hacia la naturaleza que quizá nos viene por ser de aquí. Cuando me preguntan cómo se consigue esa sensibilidad hacia lo ecológico o lo sostenible, les respondo que siendo de Ourense cualquier persona que tenga pueblo, una huerta o unas gallinas, es algo que le viene de serie, nos lo da nuestro propio entorno.

¿Cómo se viste en Ourense?

Se viste muy bien, también en el resto de Galicia, porque hay muchas marcas de moda y mucha gente que trabaja en el sector. Se nota audacia en el vestir.

Para Adolfo Domínguez Ourense debería ser la ciudad de las flores... ¿y para Adriana Domínguez?

Yo me sumo mucho a las cosas de mi padre. A mí me sorprendió su discurso (en la entrega del Premio Ourensanía 2023), pero tengo que decir que lo encontré muy inteligente, porque me parece bonito que las ciudades se diferencien, y también creo que la belleza vende y que hacer una propuesta de florear Ourense es probablemente menos costosa y mucho más visible que otras iniciativas. Así que sí, me sumo a la ciudad de las flores a ver si entre todos lo conseguimos. 

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