Reposteros locales e invitados por la organización endulzaron los paladares de cuantos visitantes se acercaron hasta la Alameda de Allariz
Reposteros locales e invitados por la organización endulzaron los paladares de cuantos visitantes se acercaron ayer hasta la Alameda de Allariz con motivo de la vigésima edición de la ya referente "Feira do Doce, Amendoado e Melindre".
A los tradicionales amendoados, roscas de cazo y de yema, améndoas de pico y torta real de Fina Rei, Pastelería Osi y Forno do Tomás, se le sumaron las bicas de Trives y Laza, la tarta de Mondoñedo, los licores y aguardientes de Cabanas, la torta de maíz de Guitiriz, el requesón y la miel de As Neves, los bizcochos de Samos, la rosca de Sober, los chocolates de Astorga, los imperiales y yemas de la Bañeza, sobaos pasiegos y quesada de Cantabria y, desde Portugal, lérias, foguetes de Amarante, brisas del Támega y papos de Anjo.
La gran exposición de dulces vino a demostrar que el sector respostero de Allariz está pasando por un buen momento, después de aquellos primeros años de la feria en los que peligraba el sector por el relevo generacional.
Esta feria, además, contó con un concurso de repostería para aficionados y un taller de repostería infantil. La animación estuvo a cargo de la Unión musical de Allariz y una representación teatral del grupo de teatro Alonso Paredes.
En definitiva, una cita que, un año más, se convirtió en un atractivo de la "villa de piedra", que además, se vio acompañado por el buen tiempo.
