El ente supramunicipal, que representa a los cinco concellos, aún no ha elegido la nueva corporación

El pasado 27 de mayo se celebraban las elecciones municipales, para posteriormente proceder a la renovación de los órganos que conforman las distintas mancomunidades de la provincia.
Sin embargo, cumplidos los 100 días de gobierno municipal, en A Baixa Limia todavía no se ha emplazado a los distintos representantes municipales a la elección de la nueva corporación.


Concellos como Lobios y Bande, presentaban tras las pasadas elecciones, cambios el la composición del grupo de gobierno que, a día de hoy, no se han visto refrendados en la Mancomunidad intermunicipal de A Baixa Limia. Tras el fallecimiento en 2006 del presidente, Amador de Celis, es el vicepresidente, Benito Vázquez, el responsable ’en funciones’ de convocar los plenos. Un cometido que debería haber ejecutado, al menos, tras las pasadas elecciones. ’Hasta ahora no ha habido un gran entusiasmo para sacar adelante el ente’, apunta el que fuera alcalde de Lobios. Aunque reconoce que ’este mes habrá una reunión entre los alcaldes de la comarca, en la que aprovecharé para sacar el tema de la mancomunidad y darle así un impulso’, matiza. Sin embargo, la dejadez de este órgano supramunicipal viene de antes.

Durante los últimos cinco años las actividades de este órgano que representa a los cinco concellos de A Baixa Limia han sido nulos, y los servicios que ofrece, son mínimos. Sin plenos ni presupuestos, la mancomunidad sólo contempla prestaciones en servicios sociales. Una prestación subvencionada por la Xunta de Galicia a través de un plan concertado. Los gastos a mayores, si los hubiera, corren a cargo de los concellos. Los alcaldes más veteranos, como el socialista Ramón Alonso, de Entrimo, recuerda que ’en los últimos cinco años nos habremos reunido en una ocasión’. Plácido Álvarez, de Muíños, apunta que ’en buena lógica, el vicepresidente debería haber convocado ya una sesión para, por lo menos, aprobar la última acta y convocar la nueva constitución’. Mientras que los recién incorporados como José Lamela, alcalde de Lobios, o José Antonio Armada, de Bande, esperan una primera sesión para posicionarse en un órgano que podría servir para poner en práctica ’proyectos de interés comarcal como la recogida de basura, planes de dinamización turística o desenvolvimiento social’, coinciden los distintos alcaldes.

Desde la oposición, el BNG hacía pública esta semana un comunicado en el que señalan los constantes desacuerdos entre los alcaldes populares de la comarca, la inactividad del ente, aunque esperan que los cambios actuales permitan poner en marcha un órgano ’de peso que permita impulsar grandes proyectos que generen empleo o repercutan en la recuperación económica y poblacional del Val do Limia’, comentaba el portavoz del BNG de Bande, David Pérez. Su homólogo y teniente de alcalde de Lobios, Deibe Simo, añadía que ’su funcionamiento real permitiría impulsar la ejecución de proyectos como la vía de alta capacidad Ourense-Portugal’.

José Antonio Armada (Bande): ’Desconozco la situación porque desde que estoy en el Concello no ha habido actividad. Creo que sería una buena fórmula para ofrecer una serie de servicios que para un sólo concello resultarían caros’. Ramón Alonso (Entrimo): ’Tal y cómo está planteado no me parece rentable. Hay que estudiar la situación y plantear nuevas fórmulas que permitan crear un ente donde los concellos compartan servicios, porque hoy cada uno va por su cuenta’. Emilio Higuero (Lobeira): ’Hace cuatro años que dejé la presidencia de la mancomunidad, precisamente por el mal funcionamiento y la falta de apoyos. Aunque si que me gustaría que se pusiera de nuevo en marcha’. José Lamela (Lobios): ’Desde que llegamos a la alcaldía, se ha estado trabajando de manera conjunta con algunos concellos. Creo que sería positivo, porque en estas comarcas marcadas por la despoblación, la unidad es fundamental’. Plácido Álvarez (Muíños): ’Es un muerto viviente, del que no se sabe nada desde la anterior etapa de gobierno. Considero que se debería convocar un pleno, por lo menos para aprobar el acta anterior. Luego, si se reactiva o no, hay que hablarlo’. 

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