Sucesos

Entrimo llora un crimen atroz

Vecinos de Entrimo salieron ayer a la calle para arropar a las familias de Nuria Rodríguez y Luis Miguel Fernández, protagonistas del brutal crimen sucedido esta semana en Ponte de Lima y que acabó con la vida de un hijo de emigrantes afincados en Metz (Francia).

Entrimo se despertaba ayer sobrecogido tras la confirmación de que el hombre asesinado el pasado miércoles en Ponte de Lima (Portugal), Luis Miguel Fernández Álvarez tenía sus raíces familiares en este municipio "arraiano", al igual que su compañera, Nuria Rodríguez González, quien resultó brutalmente agredida en un crimen presuntamente perpetrado por su exmarido, Carlos Sande Fidalgo.

Luis Miguel Fernández, de 53 años, era un hijo de la emigración. Su familia escogió, en los años 60 del siglo pasado, la ciudad francesa de Metz -al noreste del país- para desarrollar su proyecto vital. Pero cada verano recorrían los 1.800 kilómetros que les separaban de Terrachán para disfrutar de sus vacaciones con la familia y los amigos de siempre. Seres queridos que no tienen ni consuelo ni explicación ante lo sucedido en Ponte de Lima. "Eu non o quería crer. Négome a crer que isto pasou", confesaba una vecina cercana a la familia de Luis Miguel, con raíces en el mismo pueblo de O Casal, a quien recuerda "dende sempre", y con quien había compartido más de una conversación donde afloraba la "adoración" que sentía por el municipio. 

Los vecinos y conocidos, porque en Entrimo apenas residen 1.100 habitantes, le recordaban como un hombre bueno, tranquilo, con gran creatividad y especialmente comprometido contra la violencia machista, destacaba un compañero de "vivencias" de juventud.

Crimen organizado 

El dolor ha sacudido por partida doble al municipio al confirmarse que la mujer con quien estaba pasando unos días de vacaciones en Portugal está también vinculada a Entrimo. Sus progenitores, ahora jubilados, pasan largas temporadas en la vivienda familiar ubicada en Lantemil, parroquia de A Illa. "Estou tocado por os dous lados", comentaba triste y apenado otro lugareño que prefería preservar su intimidad, pero quien reconocía su amistad con ambas familias, "xente normal, persoas excelentes. É incrible ata onde nos leva o destino". 

Sin citar si quiera el nombre del presunto asesino, que no tiene ninguna vinculación con el pueblo, lo describe como un hombre "posesivo" que "non deu superado a separación". El macabro crimen, comenta de primera mano, fue un asalto en toda regla. "Planeou todo, entrou pola ventá e levaba machada, catana, pasamontañas, bridas, cinta americana,...", enumeraba con voz resquebrajada relatando como Nuria logró escapar maniatada y que pasó escondida varias horas porque no sabía si su exmarido se había marchado. "Ía por ela", asegura.

En la jornada de ayer no se hablaba de otra cosa en el municipio donde, pasadas las siete y media de la tarde, se celebró una concentración de repulsa a la violencia de género y de apoyo a las familias convocada por la Asociación de Mulleres Rurais. "Estamos aquí con ellos, queremos arropar a las familias y mostrar nuestro cariño, que es lo que podemos hacer. Por ahora no sabemos cuándo será el funeral", señalaba el regidor, Ramón Alonso, quien reconocía que la noticia ha causado un "shock" brutal entre la población, y mucha lástima por un suceso que "parece que solo pasa en los telediarios".

Con distancia social, gel hidroalcohólico y mascarillas, los entrimeños dieron un paso al frente para tratar de paliar el dolor inconsolable de las familias, pero también para reclamar leyes más duras que pongan fin a la situación de miedo que viven muchas mujeres. "Moito pose e pouca efectividade", comentaba una joven entrimeña, quien confesaba su frustración ante esta lacra que tiñe de sangre el siglo XXI.

El asesino de Ponte de Lima utilizó varias armas para mutilar a la víctima

La víctima del brutal crimen ocurrido en una casa rural de Ponte de Limia supuestamente por un vigués que posteriormente se suicidió tirándose del puente de Rande no sólo sufrió la mutilación de sus genitales sino que presentaba otros cortes profundos en su cuerpo. La investigación apunta a que el asesino utilizó para la castración un arma blanca de grandes dimensiones tipo catana o machete, y además otra serie de cuchillos para el  resto de la tortura que se prolongó durante casi seis horas y que obligó a presenciar a su exmujer y actual pareja del asesinado.

Carlos S.F., empresario y piloto vigués de 50 años, y  al que su exmujer señaló como responsable del crimen, ya estaba en tratamiento psicólogo desde hacía meses a consecuencia de la conflictiva ruptura que se había producido entre ambos. Tras doce años de convivencia, su matrimonio se acabó hace sólo unos meses, y la separación fue especialmente  complicada con constantes discusiones y enfrentamientos que acabaron en el peor e inimaginable de los escenarios. 

Tras desplazarse hasta la casa rural en Ponte de Lima, donde su exmujer, de 48 años, y su pareja se habían trasladado hacía dos semanas a pasar unos días de vacaciones, el autor del crimen irrumpió en la casa por la ventana, golpeó fuertemente al hombre al que inmovilizó con bridas y a ella la maniató a una silla con cables eléctricos. La investigación señala, tras el relato de la superviviente, que fue forzada a presenciar la castración completa de la víctima y otra serie de torturas. Ella pudo liberarse de la silla y aún atada con las manos a la espalda huir a una finca cercana y pedir ayuda. Escondida  y aterrorizada, presentaba lesiones menores y ya fue dada de alta en Viana do Castelo.

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