Hallados nuevos petroglifos y una mámoa en Monte Grande

El arqueólogo David Pérez localizó los vestigios en una excursión por la zona de Arieiro, en Bande

El Monte Grande, el parque arqueológico que comparten varios núcleos de población de los concellos de Bande y Rairiz de Veiga, suma nuevos atractivos patrimoniales a su haber medioambiental y cultural actual.

Una excursión ha permitido el hallazgo

Una excursión con un grupo de amigos y familia permitió al arqueólogo banduense David Pérez localizar nuevos grabados rupestres de hace más de 4.000 años y una mámoa inédita en el Monte Arieiro, que forma parte del Monte Grande. “Nesta zona, que da ao nacente, xa había catalogada unha estación de arte rupestre, pero descubrimos novas pedras con gravados da Idade do Bronce, algunhas con composicións moi chulas, e tamén descubrimos unha mámoa inédita”, describía ayer David Pérez, quien ayer volvía sobre sus pasos para dar a conocer los nuevos hallazgos, que ahora deberán de ser inventariados para su catalogación por la Dirección Xeral de Patrimonio. El arqueólogo banduense trasladó su intención de colaborar con el Concello para llevar a cabo un proyecto de limpieza de los accesos y su puesta en valor.

La localización de esos elementos prehistóricos no es una excepción en el Monte Grande, que se caracteriza por su riqueza arqueológica y donde existen más de una veintena de mámoas catalogadas en el territorio que comparten Bande, Rairiz de Veiga y mismo Verea, así como varios petroglifos.

Es el carácter solitario de esta mámoa, en un área de 100 metros cuadrados a la que se ha extendido esta estación tras la aparición de los nuevos grabados circulares y hoyos, lo que llama la atención del arqueólogo. “Ao mellor formaba parte desta comunidade do bronce que habitou a zona, que era unha boa zona de hábitat, con bos recursos hídricos, boa zona de caza e, seguramente, unha mámoa aquí soa, nesas datas fai 4.000 ou 5.000 anos, ao mellor sexa para esa comunidade que habitou esta zona de culto”, dijo.

La presencia de los grabados no pasa desapercibida para los vecinos

Si bien las incursiones más frecuentes en la zona las protagonizan expertos y senderistas que siguen la ruta circular do Monte Grande, con casi 23 kilómetros de longitud, y que permite localizar las mámoas de Arando y de Terras Brancas, pasando cerca de las de Fonsanta o la trampa medieval “Foxo do lobo das Covateiras”, otro de los atractivos de este parque arqueológico.

Como carta de presentación, hace unos años, los comuneros del Monte Grande crearon a la entrada de Bande un área de información que combina ejemplares naturales con esculturas de guerreros castrexos.

El patrimonio cultural no es el único que atesora este monte, cuya altitud ronda los 800 y los 1.100 metros. Entre repoblaciones de pinos silvestres y masas de caducifolias autóctonas, el Monte Grande esconde hábitats singulares como la “turbeira” de la Lagoa Grande. Precisamente el valor natural de este enclave fue determinante para que Medio Ambiente rechazase el proyecto eólico Fonsanta presentado por Greenalia para instalar 12 aerogeneradores.

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