Los montes del Xurés en Lobios han sido objeto, durante los últimos meses, de los trabajos de construcción de barreras naturales para evitar el desplazamiento de los sedimentos y frenar la erosión del suelo. La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil confirmaba ayer la conclusión de las labores de restauración hidrológico-forestal en la zona donde, el pasado mes de septiembre, ardieron más de 2.000 hectáreas.
La intervención, que ha supuesto un coste de 142.000 euros, ha consistido en la creación de más de 1.000 tramos de pequeños muros de piedra o madera (albarradas) y fajines de troncos y ramas, que suman una superficie lineal de ocho kilómetros, con el objetivo de frenar el transporte de sedimentos, estabilizar el lecho y los márgenes, y disminuir la energía potencial del agua. Además se han realizado desbroces en 3,8 kilómetros de los cauces próximos, en los ríos Caldo, Lobios y afluentes.
Los trabajos han sido ejecutados por tres brigadas forestales en colaboración con las juntas de los Montes Vecinales en Mano Común de Serra de Lobios e Nichos y Serra do Xurés.
"Estamos satisfechos con el resultado de los trabajos y con los plazos de ejecución", destacaba el presidente del organismo de cuenca, José Antonio Quiroga.
