Que el viento no se lleve 
toda la verdad

Murió Rubin Carter. Y la historia ‘oficial’ relatada a la izquierda no coincide con los argumentos de sus detractores. Rubin creció en un ambiente humilde, pero fue el único entre sus seis hermanos con problemas. Fue pandillero en las calles de Paterson, detenido por asaltos violentos. En uno acuchilló a la víctima y fue internado en un correccional. No existió el supuesto pederasta ni un policía racista en el caso.
 

Se escapó a los 19 años e ingresó en el ejército, donde fue expulsado –paradoja- por su carácter violento y paranoide. Regresó a Paterson, volvió a meterse en líos y tuvo que cumplir el resto de su condena.

En plena decadencia pugilística sucedió la tragedia. En 1966 era un habitual de la noche. Dos testigos identificaron a Rubin y a Artis, quien no era un admirador sino un compañero de correrías. La policía encontró munición y armas en su coche, usadas en la escena del crimen. Se pidió la pena capital, reducida a perpetua. Un testigo reconoció amenazas de la policía y también de la "banda" de Carter.

En el segundo juicio, en 1976, parte del jurado y el fiscal eran negros. Rubin obtuvo antes la condicional y propinó una paliza a Carolyn Kelley, quien recaudaba fondos para su causa. Muchos famosos, incluído Dylan, retiraron su apoyo. Los acusados rechazaron un polígrafo y fueron condenados de nuevo.

Artis salió de la cárcel en 1981. Cinco años después regresó por tráfico de cocaína. Rubin logró la libertad en 1985. El juez encontró errores en el proceso pero no reconoció su inocencia. Los familiares de las víctimas siempre acusaron a ambos. En www.graphicwitness.com/carter/ se explica el proceso con documentos inéditos. Nunca sabremos la verdad.

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