Voluntarios por naturaleza

Algunos de los participantes en el campo de trabajo medioambiental, ayer en Prado (Muíños).
photo_camera Algunos de los participantes en el campo de trabajo medioambiental, ayer en Prado (Muíños).
Ángel, Ainhoa, Pablo, Sabela o Antía son algunos de los protagonistas del verano solidario en O Corgo, Muíños. El complejo turístico es la base de operaciones de este campo de voluntariado medioambiental dedicado a evitar la erosión y reforestar el Xurés.

Todos tocan(mos) madera al oír incendios y Xurés en la misma frase. En un verano hasta el momento tranquilo en la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés, un grupo heterogéneo de jóvenes procedentes de diferentes comunidades autónomas participan estos días en la plantación de semillas -con el método Nendo Dango- con las que buscan aportar su granito de arena en la repoblación de los terrenos arrasados hace un par de años en Muíños.

Es el director del campo de voluntariado, el veterano Lalo Blanco, el encargado de ponerles sobre aviso a los participantes foráneos de la maldición del fuego en el Xurés y de la lucha de este territorio, parque natural y reserva de la biosfera transfronteriza con el portugués Gerês, para resurgir cada año de sus cenizas. “Los de sur sobre todo, vienen para ver verde y les choca esto”, comenta Blanco sobre los 13 participantes de esta edición, con edades comprendidas entre los 18 y 23 años y procedentes de Andalucía, Alicante, Valencia, Euskadi, Madrid y Galicia.

Con el complejo turístico de O Corgo como base de operaciones, los voluntarios buscan en este campo la oportunidad para ayudar, a la vez que disfrutan de la naturaleza en un territorio mágico, una experiencia que les enriquecerá y serán transmisores en sus entornos de lo que sucede y lo que se puede hacer para mejorar la comunidad. “Lo que más nos sorprende es que los incendios sean provocados y saber un poco qué se esconde detrás”, confiesa Esther de Huelva que, sin quererlo, abre una interesante tertulia sobre el aprovechamiento del medio rural, con los montes de O Salgueiro al fondo y la vista fija en el pueblo de Prado. Sus compañeros intervienen enumerando posibles porqués del fuego, vinculados a temas económicos más allá de la locura transitoria de un pirómano. “Sorprende la falta de cariño a la tierra en la que vives, en este caso una reserva de la biosfera”, comenta otro de los participantes, que alude a la necesidad de un mejor aprovechamiento de los montes en un panorama marcado por la despoblación y el envejecimiento poblacional y donde parcelas y comunales acaban invadidos por la maleza.

Muy comprometidos y con una implicación social y unos valores muy arraigados, los jóvenes no dudan en arrimar el hombro a la hora de subir a la montaña y construir barreras naturales antierosivas, ni tampoco se quejan durante la metódica elaboración de las semillas recubiertas de arcilla con las que tratan de reforestar el terreno quemado. “Claro que funciona”, comenta Matías, uno de los voluntarios que ayer guió al equipo por las laderas que suben a Salgueiro, donde comprobaron que las barreras colocadas hace un par de años han hecho su función bloqueando rastrojos y sedimentos, y donde ya se perfilan brotes verdes, “incluido algún eucalipto”, matizaban con cierto recelo al tratarse de una especie foránea. Visitas sobre el territorio que, tal y comentaba Blanco, también se percibe la “vergüenza ajena” de los lugareños al ver su tierra quemada y como observan agradecidos el hecho de que un grupo de jóvenes dedique parte de su tiempo vacacional a sembrar vida en el Xurés.

38 pueblos

Una de las novedades de esta edición es la creación de cinco o seis hoteles de insectos, con el objetivo de ofrecer a las especies polinizadoras espacios seguros en zonas concurridas como pueden ser las playas fluviales de O Corgo y A Rola, así como la creación de una cartelería que -desde O Corgo- marca la distancia a la que se encuentran los 38 núcleos de población. Todo ello dentro de un programa juvenil impulsado por la Xunta que incluye tardes de ocio en la piscina, rutas BTT o en kayak.

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