Pura Taín, de 84 años, ya está en su casa de Zarracós (A Merca) con su marido después de 10 días ingresada en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense para superar el coronavirus. Quien la conoce, no dudaba de su fortaleza. Salió del hospital rodeada de aplausos de los sanitarios que la cuidaron, para los que solo tiene palabras de gratitud. “Me aplaudieron muchísimo. Cómo no se va a alegrar una… A las enfermeras les dije que cuando me vean por la calle en Ourense, me van a conocer. Pero claro, yo a ellos...No podíamos verle bien la cara. Ahora hay que dejar que pase el tiempo para que nos podamos conocer y encontrar. Solo puedo hablar lo mejor de todas ellas, cuánto trabajo tienen las pobres. Les hace falta paciencia y vocación”.
Pura le quita hierro al asunto. “¿Miedo por el virus? No. El dolor más grande que sentí fue cuando me hicieron la prueba. Luego no me dolió más nada. Lo peor es mi osteoporosis, que me la detectaron hace unos años. Pero yo ya no hago caso al dolor”.
La mujer está todavía aislada en la habitación de su casa, controlándose la fiebre cada día. Al otro lado su amor. “Él se apaña bien. A mí me hizo mi hija la compra. Y me dice mi familia que todo el mundo preguntó por mí, muchas llamadas hicieron, mucha gente preocupada por mí”. Cuenta Pura Taín que “ya pasé lo peor, pero queda que nos cuidemos mucho porque este virus está por todo el mundo. Hay que tener mucha protección. Yo ahora solo quiero estar tranquila”.
Deseando ir a la huerta
Aunque no le apetece mucho ni ver la tele ni hacer recetas, “sé que soy muy fuerte, porque tengo carácter. Y el carácter ayuda mucho, pero tener un poco de humor es la mejor medicina. Si yo hubiera agachado la cabeza en algún momento, estaría encamada ya hace mucho tiempo. Pero no. Aquí estoy con la cara alegre”.
Pura Taín tiene claro qué será lo primero que haga al salir. “Mientras no se pueda andar por ahí, estaré en la huerta como siempre, que es lo mío”. Mientras tanto, a descansar.
