El arcipreste presentó una denuncia por la sustracción de la Virxe do Cristal y ahora estudiará el inventario parroquial de Vilanova para comprobar si falta algún otro objeto religioso
La Guardia Civil mantiene abierta la investigación para dar con los autores del homicidio del párroco de Vilanova dos Infantes (Celanova), Adolfo Enríquez Méndez de 77 años, que apareció muerto con fuertes golpes (uno de ellos en la cabeza) el pasado miércoles en el interior del pajar de la casa rectoral; así como el robo en su vivienda, en cuyo botín todo parece indicar que se encuentra la singular imagen de la Virxe do Cristal del siglo XVII.
Los agentes controlan ya posibles mercados de compraventa de orfebrería religiosa tras la denuncia por la sustracción de la Virgen interpuesta desde la propia parroquia de San Rosendo.
Una vez confirmado el homicidio y robo en la rectoral, los responsables del Arciprestazgo celanovés habían puesto todas sus esperanzas en la visita a la casa de una monja franciscana que conocía el escondite en el que Enríquez Méndez guardaba la imagen. Tras esperar más de 30 horas el permiso de los investigadores, que han inspeccionado palmo a palmo la vivienda, ésta se produjo en la noche del pasado jueves con la negativa por respuesta, tal como adelantó La Región.
Unos 3.000 euros
"Se non aparece, que lle imos facer", se resignaba el párroco celanovés, César Iglesias, que ayer por la tarde pudo acceder a la vivienda para recuperar una veintena de libros parroquiales, algunos del siglo XVII. "Agora confirmaremos co inventario si falta algún cáliz ou copón", explicaba Iglesias, que corroboró el desorden de la rectoral "e iso que os investigadores dixeron que xa organizaran algo, porque o primeiro día non se podía andar por ela".
En cuanto al valor económico de la Virgen, que no estaba asegurada, el delegado de Patrimonio en la Diócesis de Ourense, Miguel Ángel González, opina que "es incalculable, porque su valor está en otros parámetros: su historia, devoción..., y es una pérdida grande" y cree que su desaparición, al tener un altísimo valor de tipo sentimental para los feligreses, "abre una herida muy difícil de cerrar".
La imagen, un vidrio soplado con una película de policromía con la Virgen en ambas caras, "no tiene precio" y advirtió a los posibles portadores de la diminuta imagen de cinco centímetros que "han hecho un mal negocio porque es una pieza invendible como tal" y que no tiene ningún recorrido en el mercado "porque hay miles de reproducciones de la imagen" que la hacen fácilmente identificable.
Si bien es cierto, y así lo reconocía el propio delegado de Patrimonio que "las obras de arte dependen de muchas circunstancias y caprichos" y, si no se le mira la tradición, el simbolismo y devoción, una pieza de sus características podría alcanzar los 3.000 euros en el mercado.
Vivienda precintada
La falta de noticias sobre el paradero de la imagen de la Virxe do Cristal es un añadido al dolor y la desgracia que están viviendo los vecinos de Vilanova dos Infantes, pero también de las parroquias de Ansemil, Cañón y San Martiño de Domés donde Adolfo Enríquez era párroco titular. Injusticia, indignación y mucho pesar por el homicidio de "un home bo" eran los sentimientos que ayer se concentraron entre las personas que acudieron al Santuario de O Cristal donde se ofició el funeral.
Conociendo el carácter confiado y generoso del párroco, los vecinos especulan que los autores del asesinato podrían estar relacionados de alguna manera con el círculo de personas que acudían con frecuencia a la casa rectoral en busca de limosnas. Una vecina de Vilanova aseguró haber visto a dos jóvenes vestidos de negro merodeando la zona en la noche del lunes, el último día en que se vio al párroco con vida.
En el pueblo, los crespones negros cuelgan de ventanas y balcones, mientras que en los locales del burgo y de la villa de San Rosendo, unos carteles reclaman "Justicia" para conocer lo ocurrido con don Adolfo. Por el momento, se hará cargo de la parroquia Antonio Gómez, cura de Viveiro, que oficiará la primera misa el domingo a las 12,30 horas.
El subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, que acudió al funeral, recordaba que el "caso está bajo secreto de sumario" y que es necesario "dejar trabajar a los investigadores". De los pocos datos que han transcendido de la investigación, se sabe que el párroco falleció como consecuencia de los fuertes golpes que le propiciaron los asaltantes de su vivienda en la madrugada del pasado martes, probablemente con el objetivo de conseguir información para engrosar su botín.
La rectoral, que tras la primera inspección efectuada por parte de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil ayer permanecía precintada, está vigilada las 24 horas por una patrulla y a su interior sólo se puede acceder con autorización judicial. n
