Bachata, Kizomba, pasodoble, salsa, cachachá, rueda o hustle fueron algunas de las modalidades que pudieron practicar los varios cientos de participantes a la sección formativa del festival.
Los ritmos latinos invadieron ayer las dependencias monacales del Claustro Barroco celanovés con motivo de los talleres de danza organizados en el marco de la décima edición del festival "Baila Conmigo Celanova".
Bachata, Kizomba, pasodoble, salsa, cachachá, rueda o hustle fueron algunas de las modalidades que pudieron practicar los varios cientos de participantes a la sección formativa del festival. "Una de las cuestiones que nos diferencia de otros congresos es la gran diversidad de talleres, porque cada asistente puede escoger hasta tres opciones de baile cada hora, además de las clases especiales para niños", destacaba desde la organización, Modesto Vispo Pateiro, encantado de ver entre las distintas salas del Monasterio, caras conocidas de ediciones anteriores. "Quien viene una vez, repite", señalaba.
Más de 600 personas, en su mayoría aficionados y bailarines amateurs llegados desde Ourense, Vigo, A Coruña, Pontevedra, León, así como la zona norte de Portugal, se dieron cita en el evento que tuvo su momento álgido poco antes de la medianoche. Tras una jornada de clases de baile, combinadas con algo de turismo cultural y gastronómico por la villa, el pabellón de Pedra da Moa albergó desde las 23,30 horas la gran exhibición en la que participaron un centenar de bailarines de primer nivel, entre los que se encontraban varios campeones del mundo, Europa o España.
Público y profesionales compartieron, hasta bien entrada la madrugada, la pista de baile en la que se convirtió el pabellón tras las exhibiciones. "Estamos muy satisfechos por el evento, aunque cumplidos los diez años, estamos barajando la posibilidad cambiar el formato del festival", anunciaba Vispo.
