Brujas entre árboles centenarios, calabazas o sombreros sobrevolando las calles y espectaculares bodegones de temática celta elaborados con productos del campo es el resultado del trabajo de voluntariado desarrollado en las últimas semanas por un grupo, mayoritariamente femenino, de la villa de San Rosendo para festejar el Samaín. "Hace falta levantar el ánimo. La situación es complicada y la gente de Ourense no puede venir, pero los que estamos aquí tenemos que colaborar y poner esto bonito. Y la gente lo está agradeciendo. Le encanta", asegura Teresa Barge, concejala socialista en el grupo de gobierno, que ayer colaboraba en dar los últimos retoques a los distintos escenarios distribuidos por el casco urbano.
Lorena de Carqueixas y Begoña de Esbozos han liderado el grueso de los montajes, creando ambientes terroríficos en diferentes puntos de la capitalidad, desde el cruce de la Avenida San Rosendo con la entrada de la autovía por la carretera de Mourillós, hasta los jardines del centro de salud, pasando por la fachada del consistorio celanovés, en plena Praza Maior. "Usando materiales caseros y productos de nuestra zona", destacaba Barge, quien agradecía y aplaudía la respuesta vecinal al llamamiento a la colaboración realizado desde el consistorio. "Me gustaría destacar la participación de las asociaciones y de las voluntarias. La gente se ha volcado. Con esto demostramos que si nos unimos todos, podemos hacer cosas sin costes elevados", dijo.
En la decoración del casco urbano han jugado un papel muy importante los colectivos de mujeres del municipio. Tanto la Asociación de Amas de Casa Ilduara como el de Mulleres Rurais Maravalla han movilizado a sus asociadas para la confección de las hojas, los gorros o las calabazas que, al menos hasta el domingo, colgarán de las calles del centro urbano.
La implicación del comercio y la hostelería, que se han volcado con la decoración de sus escaparates y locales, ha multiplicado el ambiente festivo del "Samaín en pequeniño". Así han bautizado a la segunda edición de los festejos en la localidad, en una programación que incluye, hasta el domingo, la degustación de diferentes propuestas gastronómicas, con el "porco" celta como protagonista en bares y restaurantes. Y, para los más golosos, las panaderías locales ofrecen la "Bica Samaiña". Sin tiempo para descansar, en Celanova ya piensan en la Navidad. "Vamos a hacer algo más grande", advertía Barge.