Los daños en Rubiá, el municipio más castigado según el Consello Regulador, se aproximan al 100%

Las heladas causan estragos en los viñedos de Valdeorras

Jesús Escribano muestra los brotes de una cepa, quemados por las heladas.
Las heladas del fin de semana arrasaron buena parte del viñedo valdeorrés. Las viñas de Rubiá fueron las más perjudicadas, según las primeras estimaciones de los técnicos del Consello Regulador de la Denominación de Orixe Valdeorras. Unas temperaturas de -2,5º y 0º, medidas por la estación que Meteogalicia instaló en el Concello, arruinaron la práctica totalidad de la próxima vendimia. Mientras el organismo vitivinícola con sede en Vilamartín valora los estragos, fuentes de Xóvenes Agricultores hablaban de unas pérdidas que pueden superar el 50% de la cosecha.
'As xeadas afectaron bastante. Sobre todo en Rubiá, O Barco y Larouco, pero hai danos por tódolos lados', explicó ayer José Luis García Pando, presidente del Consello Regulador de la Denominación Valdeorras, que tiene inscritas 1.300 hectáreas de viñedo, 48 bodegas y 1.489 viticultores.

José Luis García también comentó que el frío castigó especialmente a la variedad godello, aunque también causó cuantiosos daños en las variedades más significativas, como alicante y mencía. En todo caso, las primeras estimaciones del organismo que preside podrían conocerse a lo largo de la jornada de hoy, según informó.


FLORACIÓN RETRASADA

Fuentes de la Consellería do Medio Rural e do Mar coincidieron en destacar la gravedad de los daños causados por las heladas. 'En las zonas bajas, de vaguada, se lo llevó todo. En Rubiá, el color verde desapareció de las cepas', afirmaron. El frío llegó apenas un par de semanas después de que los primeros calores del año permitiesen aflorar las primeras yemas, poniendo punto final a un invierno muy crudo que retrasó en unos 15 días el ciclo vegetativo. Las previsiones meteorológicas indican que las heladas continuarán, cuando menos hasta mitad de semana. Si a continuación vuelven a subir las temperaturas, en algunas cepas dañadas podrían crecer los brotes secundarios. Pero su rendimiento es muy inferior y en muchos casos no cubrirá ni los costes de la vendimia.

El viticultor de O Barco Jesús Escribano es uno de los que descartan vendimiar en septiembre. Trabaja una viña en el paraje de O Serro. No es muy grande y el vino que produce lo destina al consumo de la familia. Ayer explicó que este año tendrá que comprarlo. 'Haberá que deixala ata o ano que ven', comentó.


HUERTAS

Los viticultores no son las únicas víctimas del brusco descenso de las temperaturas, también los propietarios de huertas y frutales sufrieron sus consecuencias. Estas plantaciones son secundarias en Valdeorras, ya que son muy pocos los agricultores que las trabaja con fines comerciales. Esta realidad no resta dramatismo a perder todo lo gastado en las fincas. 'Hay huertas en las que se lo llevó todo', apuntaron las mismas fuentes próximas a Medio Rural. La helada acabó con cosechas como la de patatas, que numerosas familias sembraron nada más llegar los primeros días de calor.

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