El Centro cultural "O Ensanche" en Santiago de Compostela acaba de clausurar la exposición sobre A Torre Berenguela de Juan Carlos López
El Centro cultural "O Ensanche" en Santiago de Compostela acaba de clausurar la exposición sobre A Torre Berenguela de Juan Carlos López. Tras un periodo alejado de los focos artísticos, el joven artista celanovés regresa para resaltar en piedra la riqueza patrimonial gallega. Una experiencia que confía en repetir pronto en su villa natal.
¿Por qué escogió Santiago para albergar la sede de su nuevo trabajo?
Fue a través de una amiga que movió los hilos para poder exponer allí y, dado que la pieza es la Torre A Berenguela, me pareció muy adecuado. Es la primera vez que expongo en Santiago y estoy muy contento. Son experiencias muy bonitas, como también lo fueron cuando expuse en Celanova o en Raigame. Mi ilusión es, de cara a final de verano, poder hacer una exposición en Celanova.
¿Qué le llamó la atención de la Berenguela para embarcarse en este proyecto?
Yo ya había realizado otros trabajos en cantería de edificios religiosos, como el frente de la iglesia de Vilanova, la fachada del Monasterio de San Salvador o la de Los Milagros, pero un día me quedé anonadado mirando la torre y pensé que merecía una observación más a fondo y me puse con ella. La Berenguela está en el cruce de las plazas de las Platerías y la Quintana. Es quizás la más complicada del conjunto de la Catedral y, una vez superado el reto, me gustaría continuar. La zona vieja de Santiago es impresionante, es una cuna de arte. Y espero, y es mi ilusión, seguir trabajando alli.
¿Cuánto tiempo le llevó?
Unos seis meses, desde hacer el estudio, los planos y, después, la elaboración de la pieza de 1,75 metros de altura y 60x60 centímetros en la base. Es un trabajo muy absorbente, pero también una gran satisfacción y un placer, y más cuando la gente pueda disfrutar con él.
¿Solo se dedica a la reproducción de edificios religiosos?
Principalmente sí, porque son un reto. Tienen las molduras más bonitas y los acabados más impresionantes. Pero también hago trabajos más pequeños, como relojes de mesa, escudos o canastros. Y la gente lo valora porque sigue apreciando la posibilidad de tener piezas artesanas y únicas, sobre todo la gente emigrante. Puedo decir con orgullo que hay piezas mías en lugares tan dispares como Málaga o París.
¿Siempre son piezas en piedra?
Si, trabajé 15 años en el sector, pero más que una profesión es una afición y una herencia, porque mi padre era un gran artesano, que realizada piezas en cobre impresionantes. Parece que me trasmitió algo de aquello. La piedra es algo más, es un material sublime, muy noble, que si lo moldeas y le das un poco de cariño, puedes sacar todo lo que está dentro.n
