La crisis ha aumentado el número de familias celanovesas que requieren de los servicios de ayuda parroquiales.
Así lo confirmaba esta semana el párroco local, Cesáreo Iglesias, tras constatar un incremento del 15% de las familias demandantes y la reducción, en un 30%, de las aportaciones económicas de la población (donde residen 5.949 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística). 'Levamos oito meses onde a crisis fíxose máis palpable e cercana na parroquia', reconocía Iglesias Grande, que considera que 'si non chega a ser polas aportacións económicas puntuais que realizan determinadas personas da vila, non se podería atender a demanda'.
Según los datos oficiales, en la actualidad un total de 38 familias (y unas 100 personas) dependen de las ayudas de la parroquia para sobrevivir, un 15 % más que en la misma fecha del año pasado. 'A esta cifra hai que engadir aquelas persoas que esporádicamente requiren axuda en forma de alimentación o textil', añadía.
El presupuesto anual para atender la demanda alcanza ya los 6.000 euros, a lo que hay que añadir las colectas puntuales de ropa o alimentos, en las que colaboran los supermercados de la villa. 'Ademáis da comida, dende a parroquia colaboramos no pago puntual de recibos (luz, auga, teléfono ou aluguer), a adquisición de electrodomésticos de primeira necesidade (nevera, conxelador...) e incluso obras para dotar á vivenda dun baño', enumeraba.Sobre los demandantes, Iglesias Grande añadía que, en su mayoría, son matrimonios mayores o familias extensas (tres o más generaciones), que residen en la capitalidad y en viviendas de alquiler.
Según los datos oficiales, en la actualidad un total de 38 familias (y unas 100 personas) dependen de las ayudas de la parroquia para sobrevivir, un 15 % más que en la misma fecha del año pasado. 'A esta cifra hai que engadir aquelas persoas que esporádicamente requiren axuda en forma de alimentación o textil', añadía.
El presupuesto anual para atender la demanda alcanza ya los 6.000 euros, a lo que hay que añadir las colectas puntuales de ropa o alimentos, en las que colaboran los supermercados de la villa. 'Ademáis da comida, dende a parroquia colaboramos no pago puntual de recibos (luz, auga, teléfono ou aluguer), a adquisición de electrodomésticos de primeira necesidade (nevera, conxelador...) e incluso obras para dotar á vivenda dun baño', enumeraba.Sobre los demandantes, Iglesias Grande añadía que, en su mayoría, son matrimonios mayores o familias extensas (tres o más generaciones), que residen en la capitalidad y en viviendas de alquiler.
