Vilanova dos Infantes recuerda al cura asesinado hace ocho años

Cinco jóvenes presentaron en Vilanova dos Infantes, durante la misa de aniversario, la asociación con el nombre de Adolfo Enríquez, para que el crimen cometido hace ocho años no quede en el olvido

La parroquia de Vilanova dos Infantes, en Celanova, albergó ayer un nuevo acto de reconocimiento a la figura de Adolfo Enríquez, y también para exigir que el crimen cometido hace ocho años no quede en el olvido.

“Levamos oito anos de silencio, de lágrimas, de sinsabores, de clamar no silencio sin que se nos faga caso e sin que se nos escoite. El está morto e o caso está morto”, sentenciaba el portavoz de la familia, su sobrino José Manuel Enríquez, quien definía como un “deserto de silencio” la agonía de un caso en el que todavía no se ha hecho justicia.

Familia y vecinos, muchos de los cuales el viernes participaron en un homenaje espontáneo a la figura de quien fue su párroco durante casi 40 años, se dieron cita a mediodía en la iglesia de San Salvador en una celebración donde se recordó la figura de un hombre bueno, un mártir y sacerdote ejemplar. Finalizada la celebración, los asistentes fueron partícipes de la presentación de un nuevo colectivo juvenil que lleva el nombre de Adolfo Enríquez y que tendrá su sede, para todos los jóvenes de Terra de Celanova, en el burgo medieval.

“Queremos contribuír a manter o que temos no pobo, que non se perdan as costumes e que a xente lle colla cariño a Vilanova, ademáis de homenaxear a don Adolfo. Que as novas xeracións saiban quen foi, como viviu e o que pasou”, resumía David Núñez, presidente de un colectivo del que también forman parte Alba Sousa, Carla Prada, Javier Antelo e Ingrid Miranda.

Todos ellos eran unos niños cuando sucedió el trágico suceso pero mantienen intactos los momentos y recuerdos compartidos con el párroco. “Iamos con el a todos lados, faciamos excursións, merendas, paseabamos ao can…”, enumeraban Núñez y Antelo, que entonces eran monaguillos, “eu iba ao catecismo en Celanova e tamén aquí”, confesaba con cariño David, quien apunta el deseo de recordar al cura con una exposición.  

“Queremos que o caso de don Adolfo non caía no esquecemento. Ao levar o seu nome na asociación, cada actividade que fagamos, vai estar sempre aí. Iso é importante para o pobo”, traslada Antelo. “Agradezo que leven o nome do meu tío. Cada pasiño, cada pequeno triunfo que dean, el vaise alegrar alá onde estea”, les dijo el sobrino, pidiendo el apoyo de los presentes para que la asociación “sexa flor de moitos anos e que eles si poidan ver claramente satisfeito o desexo de todos os que estamos aquí, que se faga xustiza terreal”, matizó. 

A partir de la semana, la directiva comenzará una campaña para asociar a los jóvenes de entre 16 y 30 años, “aínda que despois faremos actividades para todos os públicos”, matizaba Núñez, quien ya tiene una amplia lista de objetivos: desde actividades de voluntariado medioambiental, hasta talleres de reciclaje y restauración, concursos, campamentos, banco de libros y “tamén queremos facer un bingo, recadar fondos para causas sociais e unha festa da xuventude no verán”, añadía Antelo. Habilitar un local, un espacio abierto donde los jóvenes puedan quedar para ver una película o hacer una celebración, será un reto que esperan cumplir con la colaboración vecinal. “Por baixos non será”, apuntaba una lugareña.

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