Alicia Alonso recibe un homenaje de la ciudad de Valladolid

La bailarina, coreógrafa y directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, junto al alcalde de Valladolid, Javier León, (d) y el director del Museo Nacional de la Danza de Cuba, Pedro Simón (i),
La bailarina, coreógrafa y directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, ha sido homenajeada hoy por Valladolid, que le ha concedido la credencial de Embajadora del Teatro Calderón de la Barca 'por ser una de las personalidades de la danza más influyentes e importantes del siglo XX'.

Así consta en la carta acreditativa que esta tarde, ante la nonagenaria Alicia Alonso, ha rubricado el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, antes de imponerle la medalla correspondiente y de asistir a la proyección, estreno en España, del documental 'Órbita de una leyenda', producido por el Museo Nacional de Danza de Cuba y realizado por José Ramón Neyra.

Ernestina de la Caridad del Cobre, como se llama esta leyenda viva de la danza, ha agradecido como un 'alto e inolvidable honor' la distinción, ante un auditorio en su mayor parte compuesto por alumnos de la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León.

Su director, Juan Carlos Santamaría, ha recordado que ella fue la primera bailarina hispana que en el repertorio clásico de las grandes compañías desempeñó un papel protagonista tradicionalmente reservado a las eslavas o anglosajonas, y se ha referido también a los problemas en la vista que la han acompañado a lo largo de su trayectoria.

'Lejos de postrarla, esa dificultad ha sido motivo de una fuerza personal que la ha hecho soñar con lo que más quiere: bailar con el alma gracias a su capacidad de superación, de arrojo, tesón, inteligencia y optimismo ante la vida', ha explicado.

Santamaría ha ponderado la 'honestidad con la danza' de la que siempre ha hecho gala esta artista nacida en La Habana en 1921 de padres españoles, que ha resultado clave, ha añadido, para comprender 'la empatía con todos los personajes que ha interpretado'.

Forjadora de varias generaciones de bailarines y bailarinas, recuperadora de los clásicos del ballet, mito de la cultura cubana y creadora de una escuela y estilo propios, son algunas de los méritos atribuidos a la artista.

Pedro Simón, director del Museo Nacional de la Danza de Cuba, ha presentado el documental producido por esta entidad cultural sobre la trayectoria de quien ha sido distinguida por las universidades de La Habana, Politécnica de Valencia, de Guadalajara (México) y de la Complutense de Madrid, donde existe una cátedra de danza que lleva su nombre.

El acto se ha celebrado en uno de los recintos del Teatro Calderón de la Barca, completamente abarrotado, aprovechando la presencia en Valladolid del Ballet Nacional de Cuba para reponer 'Giselle' con la coreografía de la propia Alicia Alonso.

En su ciudad natal, ella se inició en la danza a los nueve años. En 1948 creó el ballet que lleva su nombre, que años después pasó a denominarse Nacional de Cuba y que aún dirige a pesar de su avanzada edad.

Alicia Alonso fue en 1940 una de las fundadoras del American Ballet Theater, del que llegó a ser primera bailarina. Entre 1950 y 1955 figuró como estrella invitada del Ballet Ruso de Montecarlo y en 2002 fue investida por la Unesco Embajadora de Buena Voluntad.

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