Antonio Vega: 'Si la música me ha dado algo han sido alas para volar, aunque lo malo es que me cuesta pisar el suelo'

El cantante Antonio Vega.
Se fue hace mucho la época de la movida, de Nacha Pop, del Penta. Cincuenta y un años recién cumplidos, más de media vida dedicada a la música, mil historias ya contadas, otras tantas por contar y cerca de una veintena de discos que, sin embargo, brillan con la misma fuerza después de tres décadas, sin que parezca que el tiempo haya pasado por ellos.
Antonio Vega nos recibe amable tras la prueba de sonido. Entre los mechones de pelo que le cubren la cara descubrimos una sonrisa que dura una décima de segundo y que parece decirnos que las cosas están bien. Piensa un poco antes de responder cada pregunta, escoge bien las palabras y nos mira un par de veces, muy rápidamente, para asegurarse de que estamos entendiendo todo lo que nos cuenta.

Este concierto no se incluye en una gira frenética, por lo que la apariencia que da es de no estar cansado, de que se siente tranquilo y a gusto con lo que le espera esa noche. Sabe de antemano que el público volverá a pedirle por enésima vez La chica o El sitio de mi recreo pero, de nuevo, él le imprimirá a sus temas ese giro personal que evita que cada concierto sea uno más.

'Cuando te embarcas en una gira de muchos conciertos y día tras día estás haciendo las mismas canciones, hay un momento en el que puedes caer en el error de la rutina, de la mecanicidad. Procuro huir de eso siempre que puedo porque me horroriza bastante, e intento darle a cada interpretación un motivo para que sea única'. Estas canciones que han sido bandas sonoras de las vidas de muchos de sus seguidores le emocionaron a él antes que a su público, el cual le ha dado sólo cosas buenas y, afirma, no le ha quitado nunca nada.

'Las canciones han salido de mí; ya he tenido con ellas una relación muy particular y muy íntima antes de que llegasen a la gente. Sin embargo, cuando hago algo que de pronto me gusta y que me llega a tocar fibra sensible, estoy como loco por poder enseñarlo a los demás, porque pienso que va a ser algo grande también para ellos'. Una vez que esa canción ya está en la calle, no deja de ser crítico con lo que hace y, con frecuencia, pone ese disco de Antonio Vega o de Nacha Pop para analizarlo, aunque también porque disfruta de las cosas que han sacado.

'Me gusta mucho escuchar la música que he hecho y la disfruto, porque yo también descubro muchas cosas en ellas, tanto de mí mismo como de los demás y de la música que hago. Esto es así aunque hay cosas que tengo a lo mejor más condenadas, porque quizás en su día la producción que se hizo no me hizo mucha gracia o porque la forma en que se trató esa canción a lo mejor no me gustó mucho, pero por regla general escucho siempre los discos que hago'.

Muchos de estos discos han sido también colaboraciones con otros artistas, quienes le llaman con frecuencia para que aparezca en sus trabajos. El resultado lo considera positivo, por lo general. 'Todas las cosas que he hecho creo que siempre han sido dignas y han tenido un valor especial. Puede haber algunas que me han podido gustar menos que otras o llegar menos de lo que me han llegado otras, pero por regla general estoy muy contento con todas las veces que me he salido de mi propia historia para entrar en la de los demás'.


Música y política, incompatibles

Todas estas letras hablan de situaciones comunes, de recuerdos, de personas, del amor o el desamor, de cosas que nos pueden pasar a cualquiera, de todo hacia donde nos llevó la imaginación. Cualquier asunto es susceptible de convertirse en canción, cualquiera menos la política. 'No se puede decir que no se beberá de esta agua, pero creo que nunca voy a tocar el tema político, porque no me gusta y huyo de él como de la peste. No me gusta nada que la canción, que la música como arte creativo, se utilice como herramienta para convocar a las gentes en actividades políticas o para reivindicar tales o cuales cosas o para liderar tales grupos'.

En su concepción de lo que es la música, emplearla como arma política es no hacerle justicia y darle un mal uso al poder de convocatoria que tiene. 'La música y la interpretación es algo muy poderoso, una herramienta que hay que tener en la mano con mucho respeto y con mucho cuidado porque pueden provocar cosas buenas o no tan buenas en la gente. Puedes alcanzar un poder de convocatoria y de convicción quizás demasiado grande y, si no tienes cuidado con lo que dices, quizás de una forma frívola estés cayendo en el error de manipular a la gente'.

Falta de compliciadad de las discográficas

Antonio Vega asegura tener muy buenos recuerdos de cuanto ha vivido en la música y que almacena en un 'un archivo muy grande' que tiene en la cabeza. 'Son muchas cosas que han sido muy grandes y una referencia en mi vida, pero me gusta mirar hacia adelante, renovarme y actualizarme constantemente en la medida en que siga pudiendo hacerlo'.

Por eso rechaza la nostalgia 'en el sentido más sufrido de la palabra', aunque admite que si hay algo que ha cambiado desde los ochenta hasta ahora es que ya no existen las oportunidades que había entonces para que los buenos músicos pudiesen darse a conocer. 'Me entristece un poco que ya no existan las posibilidades que había antes, en los ochenta, cuando las compañías de discos estaban más aliadas con los músicos y todos estaban por la labor de descubrir cosas nuevas, de buscar, de remover el panorama un poco a ver qué salía'.

Sostiene que actualmente, las casas de discos están 'totalmente encerradas en sí mismas, no quieren nada con nadie y no tienen nada que ver ya con lo que se hace en la calle', mientras que hay mucha gente joven que está esperando esa ocasión. 'Ojalá la tengan en algún momento de su vida, porque lo merecen, porque sería muy bueno y porque en casos suponen una contribución excepcional a la música'.


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