Obtuvo diez de los galardones en la noche del cine, que reconoció a José Sacristán y Maribel Verdú como mejores actores

'Blancanieves' triunfa en una reivindicativa gala de los Goya

El equipo de la película 'Blancanieves', gran triunfadora, a su llegada a la gala.
Una película muda, 'Blancanieves', fue ayer la gran triunfadora de los Goya con diez galardones, en una gala en la que se habló y mucho de política, con el discurso de Candela Peña pidiendo trabajo, con Eva Hache felicitando irónicamente a Wert y con Bardem encabezando el 'no a los recortes'.
La política se mezclaba, una vez más aunque sin llegar al 'No a la guerra' de 2004, con el cine, pese a las peticiones del presidente de la Academia, Enrique González Macho. Él mismo decidió enarbolar también la protesta con un discurso en el que exclamó que 'el cine no pertenece a ningún partido político. No es ni de los de la ceja, ni los del bigote, ni los de la barba '.

En el otro lado, un cuento hipnótico, una abstracción poética de Pablo Berger, 'Blancanieves'. Drama lorquiano, bomberos toreros y, por supuesto, el célebre relato de los hermanos Grimm, se llevó diez premios Goya (sólo superada por 'Mar adentro', con 14, y '¡Ay, Carmela!', con 13), entre ellos mejor película, director, guión, mejor vestuario y actriz, el segundo de Maribel Verdú, por su antológica madrastra, pero la crisis le arrebató el protagonismo.

Verdú, que ya había ganado por 'Siete mesas de billar francés', fue una de las que tuvo palabras para ella, al dedicar su premio a la gente que 'ha perdido sus casas, sus ilusiones e incluso su vida' en un 'sistema quebrado, injusto y obsoleto'. La actriz tomaba el relevo a Candela Peña, ganadora por 'Una pistola en cada mano' (y ya van tres tras 'Todo sobre mi madre' y 'Princesas'), que dijo sobre el escenario: 'Os pido trabajo. Tengo un hijo que alimentar'.


CRISIS Y RECORTES

La ceremonia, a esas alturas, ya había contado una Eva Hache más suelta que el año anterior y que lanzó puyas a la Casa Real y al ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, a quien le dijo: 'Le voy a decir solo una cosa: felicidades. ¿No se lo esperaba? Se lo dicen poco últimamente, no me extraña'. Y faltaba más tarde, Javier Bardem.

El ganador de un Oscar y cinco premios Goya como actor, subía como productor del documental 'Hijos de las nubes', sobre el Sáhara, y no perdía la oportunidad para superponer sus causas. 'En el Sáhara no se puede recortar en salud porque no hay hospitales, ni en educación y cerrar escuelas porque no hay colegios. Ni echarles a la calle como aquí porque fueron desahuciados hace 35 años cuando les echamos', expresó Bardem.

Volviendo al cine, 'Lo imposible', de Juan Antonio Bayona, parecía la única que podía 'ahogar' con su tsunami a 'Blancanieves', y era premiado con el galardón al mejor director para el realizador catalán, que llevaba el Goya a las gradas para María Belón, protagonista real del milagro que inspiró la película. Traducía su récord de más de 42 millones de euros en cinco premios, pues en la parte técnica rascaba mejor montaje, mejor sonido, mejor dirección de producción y, faltaría más, mejores efectos especiales.

'Grupo 7' se hacía con dos premios para interpretaciones masculinas: abría la noche con el premio al mejor actor revelación, para Joaquín Núñez y completaba con el de mejor actor de reparto para Julián Villagrán.


SACRISTÁN, POR FIN

El de actor protagonista era casi tan seguro como el Goya de Honor a Concha Velasco: José Sacristán ganaba por 'El muerto y ser feliz'. 'Se ha hecho esperar, don Francisco', decía un cofundador de la Academia de Cine, pero nominado por primera vez por este filme.

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