'Y de repente fue ayer' es un retrato de la isla precastrista, una historia de amistad y una biografía de la telenovela latinoamericana

Boris Izaguirre imagina Cuba en su última novela

Boris Izaguirre, durante la presentación del libro. (Foto: Ángel Díaz)
El escritor y 'showman' televisivo Boris Izaguirre vuelve a la literatura con una novela titulada 'Y de repente fue ayer', editada por Planeta.
Con su anterior texto, 'Villa Diamante', conoció el éxito que otorga ser finalista del premio de su actual editorial, pero con este retrato de una colorista Cuba, Izaguirre considera que ha realizado su obra 'más exigente, conmigo y con mis lectores'.

La amistad es el componente central de la historia, la unión entre dos amigos llamados Ovalo y Efraín que habitarán La Habana muy intensamente, desde una trágica niñez hasta un futuro un tanto insólito. 'Dos vidas que atraviesan un país en situación de riesgo. Dos personas que están destinadas a estar eternamente el uno con el otro, aunque siempre al final de caminos muy distintos', declaraba Izaguirre.

La primera telenovela de la historia, surgida a partir de una radionovela ideada en 1948 por Felix B. Caignet, titulada 'El derecho de nacer', recorre las páginas del manuscrito a través de Efraín, protagonista y personaje basado en Caignet.

'El autor de esta primera telenovela, y el que se dedica a ello hoy en día, no siempre es reconocido como autor. Este género siempre ha sido denostado, considerado tonto o mediocre, sin embargo siempre se ha atrevido a hablar de temas de los que nadie hablaba. Este género sacudió a la sociedad cubana, y creó enormes cantidades de adeptos', contaba Boris.

Al polifacético venezolano le sorprendió e inspiró la resistencia de Caignet ante la Revolución castrista. Los intelectuales y revolucionarios consideraban este producto televisivo un adalid del capitalismo y la burguesía, por ello, cuando el comandante y sus guerrilleros ascendieron al poder, los responsables del melodrama en la pequeña pantalla tuvieron que exiliarse. Pero Caignet no lo hizo, aguantó en Cuba, y allí sobrevivió.

El antaño colaborador de 'Cronicas Marcianas' -que después de Semana Santa volverá a las pantallas en otro programa con Javier Sardá- ha vuelto a utilizar en esta novela la fórmula que tanto éxito le dio su anterior publicación, retratar un controvertido país a partir de un hecho real. 'La vida que muestro en Cuba es muy sensorial y colorista, pero también hay miseria en estas páginas' descubría su autor. Esa miseria a la que hacía referencia es la surgida a partir de un régimen esperanzador que ha devenido en desalentador, y es una pobreza material, pero también de ilusiones. Así lo explicaba el autor: 'La revolución fue un gran evento para todos los paises de Latinoamérica, pero en poco tiempo consiguió ser el 'MacCartismo' de la izquierda. Los propios intelectuales terminaron por represaliar a algunos de los suyos. La generación de mis padres, que veía como se cumplía el sueño de un gobierno socialista, fue la primera víctima. Vivieron en primera persona la rotura de este sueño, a ellos va dedicado este libro'.

EJERCICIO DE IMAGINACION

Para escribir este libro ambientado en Cuba, el autor de 'Villa Diamante' no necesitó viajar al país presidido por Raul Castro, y fue enormemente crítico con los europeos que se desplazan a esta nación para hacer turismo. 'Deberíamos hacer examen de conciencia, y ver por qué interesa tanto ver la miseria como algo exótico, diferente. No me gusta la explotación turística que hacemos de estos lugares'.

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