El cineasta brasileño Paulo Pons desgranó en la Berlinale las dramáticas consecuencias derivadas de los crímenes sexuales y de las ansias de revancha de las familias afectadas con Vingança, que se proyectó en la sección de Panorama.
Una joven que despierta en la ribera de un río con signos de haber sido violada supone el comienzo de la intriga, que prosigue, meses después, con un, en apariencia, fortuito encuentro entre un muchacho taciturno y una chica algo alocada.
Erom Cordeiro, Branca Messina y Bárbara Borges intervienen en una trama que va dejando entrever a pinceladas los intereses ocultos y los planes maestros que guían a algunos de los protagonistas en busca de resarcimiento.
Mi intención era retratar las trágicas consecuencias que tienen los crímenes sexuales. Y el círculo de violencia que se genera si las familias se vengan, explicó el cineasta al término del primer pase de la cinta.
El realizador, oriundo del sur del país, ideó un protagonista de su misma región, a quienes apodan Gauchos, que llega a Río de Janeiro y se siente como un extranjero en su propio país.
No era mi intención tratar un tema tan regional, pero conforme escribía el guión mi procedencia empezó a aflorar y se entrelazó con la historia, apuntó.
Sin embargo, rechazó que la forma de hacer justicia en el sur del país pase siempre por ajustar cuentas al margen de la justicia, o claramente en contra de ella, como se muestra en Vinganca, que ha contado con el apoyo de la Agencia Nacional de Cine de Brasil.
Yo soy del sur y, ante la violación de algún familiar, iría a la policía, sostuvo.
En su opinión, en algunas zonas rurales de Brasil, tanto en el sur como en el norte, existe una actitud pasional con la que se gestionan los conflictos, derivada del aislamiento y de la falta de estructura social, a diferencia de las ciudades.
Además, cuando las personas de las zonas rurales llegan a la ciudad se sienten como completos forasteros, algo que a su juicio crea una nueva problemática dentro de Brasil y que en la película queda patente con el choque cultural entre Miguel, recién llegado a la ciudad, y Carol, su urbano objeto de deseo.
Pons, que ya está desarrollando un nuevo proyecto con el mismo equipo de Vinganca confía en que el pase de la película por la capital alemana les permita poder mostrarla fuera de Brasil.
La Berlinale recibirá esta semana el regreso al festival del brasileño Jose Padilha que, tras ganar el Oso de Oro el año pasado con Tropa de Elite presente este año su nuevo documental, Garapa, en la sección de Panorama.
Erom Cordeiro, Branca Messina y Bárbara Borges intervienen en una trama que va dejando entrever a pinceladas los intereses ocultos y los planes maestros que guían a algunos de los protagonistas en busca de resarcimiento.
Mi intención era retratar las trágicas consecuencias que tienen los crímenes sexuales. Y el círculo de violencia que se genera si las familias se vengan, explicó el cineasta al término del primer pase de la cinta.
El realizador, oriundo del sur del país, ideó un protagonista de su misma región, a quienes apodan Gauchos, que llega a Río de Janeiro y se siente como un extranjero en su propio país.
No era mi intención tratar un tema tan regional, pero conforme escribía el guión mi procedencia empezó a aflorar y se entrelazó con la historia, apuntó.
Sin embargo, rechazó que la forma de hacer justicia en el sur del país pase siempre por ajustar cuentas al margen de la justicia, o claramente en contra de ella, como se muestra en Vinganca, que ha contado con el apoyo de la Agencia Nacional de Cine de Brasil.
Yo soy del sur y, ante la violación de algún familiar, iría a la policía, sostuvo.
En su opinión, en algunas zonas rurales de Brasil, tanto en el sur como en el norte, existe una actitud pasional con la que se gestionan los conflictos, derivada del aislamiento y de la falta de estructura social, a diferencia de las ciudades.
Además, cuando las personas de las zonas rurales llegan a la ciudad se sienten como completos forasteros, algo que a su juicio crea una nueva problemática dentro de Brasil y que en la película queda patente con el choque cultural entre Miguel, recién llegado a la ciudad, y Carol, su urbano objeto de deseo.
Pons, que ya está desarrollando un nuevo proyecto con el mismo equipo de Vinganca confía en que el pase de la película por la capital alemana les permita poder mostrarla fuera de Brasil.
La Berlinale recibirá esta semana el regreso al festival del brasileño Jose Padilha que, tras ganar el Oso de Oro el año pasado con Tropa de Elite presente este año su nuevo documental, Garapa, en la sección de Panorama.
