papeles del rock

Las cartas de la doncella de hierro

A día de hoy, Iron Maiden siguen llenando estadios, como sucede actualmente en su gira norteamericana de este mismo verano de 2019

Desde finales del pasado año 2018 se han venido reeditando nuevas versiones remasterizadas de la discografía de Iron Maiden, que ahora vuelven a hacerse, según se ha anunciado, por última vez en CD, después de haberse hecho lo propio anteriormente con la reedición de su discografía en vinilo. El primer lanzamiento de estas reediciones contenía sus cuatro primeros discos, "Iron Maiden" (1980), "Killers" (1981), "The Number Of The Beast" (1982) y "Piece Of Mind" (1983), mientras que la segunda fase de estos lanzamientos puso de nuevo en el mercado sus álbumes de la segunda mitad de los 80, "Powerslave" (1984), "Somewhere In Time" (1986), "Seventh Son Of A Seventh Son" (1988) y ‘No Prayer For The Dying’ (1990). 

Interesa volver sobre la discografía de Iron Maiden porque indudablemente, son una de las bandas que más han imprimido su estilo, su técnica e incluso su estética a un género musical que ya ha sobrepasado el medio siglo de existencia, el heavy metal. Al lado de Judas Priest o Black Sabbath, Iron Maiden es de los grupos que mejor definen las señas de identidad de ese género, su trayectoria, que se prolonga ya a lo largo de 42 años, ha sido de las más exitosas y celebradas en la historia del heavy metal y su discografía, obviamente con algún altibajo, posee una calidad y una brillantez innegables. 

La tercera entrega de la serie remasterizada del álbum de estudio de Iron Maiden nos lleva a través de los años 90, esa tumultuosa década en la que el heavy metal más tradicional, el que provenía por un lado del fenómeno de la llamada New Wave Of British Heavy Metal y el que por otro lado, provenía del hard rock americano que en los 80 había dominado la escena (Bon Jovi, Mötley Crüe, Ratt, etc.) entró en una fuerte recesión a nivel de popularidad y de presencia en el mainstream de la industria musical. El advenimiento del grunge motivó que los años 90 fueran un período difícil para Iron Maiden, pero la música que estaban haciendo seguía no obstante teniendo una fuerte acogida en sus incondicionales, precipitando un regreso inevitable y una popularidad reconquistada a nivel masivo, como se demostró el pasado año siendo de las pocas estrellas internacionales del mundo del rock que llenó el estadio Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid.

Entremos a analizar esa nueva tanda de reediciones. El supuesto último “¡hurra!” de Bruce Dickinson, ‘Fear Of The Dark’, (1992) es un disco que fue poco valorado en su momento, y que sólo con los años ha sido reivindicado por los seguidores de la Doncella como uno de los clásicos de la banda. Incluye dos poderosas descargas heavymetaleras tales como “Be Quick Or Be Dead” y “From Here To Eternity”, intensas baladas como “Waisting Love”, aproximaciones al rock progresivo como “Afraid To Shoot Strangers” y hard-heavy melódico en “Weekend Warrior”, amén de la gran canción que daba título al disco. Bajo la atenta mirada del productor Martin Birch por última vez, Iron Maiden todavía se mostró muy optimista, incluido Bruce Dickinson, pero los tiempos definitivamente cambiaron. El vocalista anunció su marcha del grupo en marzo de 1993 y no son pocos quienes piensan que el elegido para sustituirle, Blaze Bailey, no fue la mejor opción.

Una nueva Doncella con Blaze Bayley al frente fue recibida con escepticismo, pero el álbum de regreso, "The X Factor" (1995)  presentó a unos Iron Maiden mejores de lo que los detractores auguraban. En “Sign Of The Cross” y “The Unbeliever” la banda mostró su versión más experimental y progresiva, mientras que en “Man On The Edge” y “Lord Of The Flies”, aunque sin el mismo gancho de los clásicos de otras épocas, complacieron a sus fans más apegados a sus raíces.  

Aún así, se notó un descenso en el tirón de la banda, que tres años después, apenas remontó con la edición de "Virtual XI" (1998) un encomiable aunque fallido, al menos en parte, empeño en recobrar impulso. La producción del álbum era menos opaca que en "The X Factor" y contenía una de las canciones más unánimemente aplaudidas por los fans de todas las épocas del grupo, “The Clansman”, pero el nivel medio del álbum no llegaba a cercarse a lo que el grupo había sido capaz de hacer en los años 80.No obstante, la balada “¿Cómo estáis, amigos?” y la original pieza “The Angel And The Gambler” eran temas que elevaban el nivel medio de este trabajo, el segundo y último que grabó con el grupo Blaze Bailey. A comienzos de 1999, se hizo oficial el regreso de Bruce Dickinson a Iron Maiden, acompañado además de Adrian Smith, el guitarrista que dejó la formación en 1989. 

"Brave New World" (2000) sonaba exactamente como todos lo habían esperado: atronador, épico y en una línea de reconexión y continuidad con los Iron Maiden de mediados de la década de los 80. Desde los clásicos "The Wicker Man" y "Blood Brothers" hasta los tonos progresivos de "The Nomad" y "The Thin Line Between Love And Hate", el duodécimo álbum sigue siendo uno de los mejores y su edición supuso la vuelta del grupo a posiciones de liderazgo en el rock internacional. 

Las próximas reediciones, que formarán un pack con los álbumes "Dance Of Death" (2003), "A Matter Of Life And Death" (2006), "The Final Frontier" (2010) y "The Book Of Souls" (2015) probablemente hacia finales de año, en la campaña de navidad. Con ellos se completará toda la discografía en estudio de una banda que como decíamos al comienzo, es referencia absoluta en el rock actual y muy especialmente en el heavy metal, mundo en el que a día de hoy siguen llenando estadios, como sucede actualmente en su gira norteamericana de este mismo verano de 2019. Y no olvidemos que en palabras de su líder, Steve Harris, no hay en absoluto planes de retirada ni a corto ni a medio plazo.

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