Catherine Deneuve ha presentado en Madrid su nueva película, la comedia Potiche, junto al director de la cinta, François Ozon, y ha destacado que 'lo más importante en la carrera' de una intérprete es 'buscar lo inesperado'. 'Si no, corres el peligro de caer en la rutina', ha dicho.
'Realmente, no creo que tome grandes riesgos en mi carrera. Lo que es importante es buscar lo inesperado, forma parte del oficio de actor, es una necesidad. Si no haríamos siempre lo que ya sabemos hacer. No es un riesgo trabajar con Ozon, es un cineasta joven pero reconocido. Hay que buscar la particularidad de cada personaje y contar con cineastas interesantes', explica.
En la cinta, ambientada en la Francia de los años 70, Catherine Deneuve se mete en la piel de Suzanne Pujol, la 'mujer florero' de un empresario despótico, que trata a los demás como si fueran de su propiedad. Todo cambia para ella cuando su marido es secuestrado por los obreros de su fábrica, deteriorando la salud de su esposo y obligándola a tomar las riendas de la empresa.
Para sorpresa de sus hijos y su marido, Suzanne revoluciona la fábrica a base de creatividad, amor de madre y buenas formas. Es entonces cuando entra en escena Maurice Babin, interpretado por Gérard Depardieu, el alcalde comunista de su localidad y antiguo amante de una mujer hastiada de las continuas infidelidades de su esposo. Así se desatan los resortes de la comedia.
EN BUSCA DE LO KITSCH
En la primera escena de la cinta, Suzanne hace ejercicio en chándal en las inmediaciones de su casa, situada al lado de un bosque, en medio de un ambiente bucólico. De este modo, la actriz se desprende de su glamour para encarnar a un personaje sumiso, que evoluciona hasta conquistar el poder en la fábrica y la admiración de toda su familia.
'No fue nada difícil convencer a Catherine de que se pusiera delante de la cámara en chándal. Era muy importante que apareciera así, romper la imagen de Denuve de forma rápida', ha explicado el director, quien ha situado la cinta en los años setenta para evitar la crisis actual, que, según él, le hubiera conducido hacia el drama en lugar de hacia la comedia.
'Hubiese sido más dramático plantear la película en nuestra época. En los 70, en Francia también había una crisis enorme, muchos secuestros de empresarios y una diferencia muy aguda entre izquierda y derecha. La izquierda tenía 20 por ciento de los votos. Situar esto hoy en Francia hubiera sido mucho mas dramático, hubiera sido difícil llegar a la comedia', precisa.
EL INFLUJO DE MAYO DEL 68
Por su parte, la actriz recuerda esta etapa con amargura, una edad 'difícil' marcada por los acontecimientos de Mayo del 68, en el que los obreros y los estudiantes se rebelaron en busca de un mundo más justo, pero terminaron claudicando y rumiando su frustración durante los años 70.
'Tengo que decir que para mí los 70 fueron diferentes. Ya era adulta y estaba trabajando. Viví el 68 en París, pero cuando eres adulto ves las cosas de forma diferente. Seguí los acontecimientos, sabiendo que no podía hacer nada y tenía que continuar con mi vida. Yo no era estudiante ni obrera. Seguí haciendo cine y pasé este periodo con preocupación y con mucho dolor', explica.
Cuestionada por su vínculo con Gérard Depardieu, con quien ha trabajado en diversas ocasiones a lo largo de toda su carrera, la diva ha destacado su gran relación con el actor, a quien considera más que un amigo. 'El rodaje fue genial. No puedo hablar de amistad con él, es algo mucho más íntimo. He hecho muchas películas con él y compartimos una relación muy grande', ha indicado.
Según el director, el protagonista de Novecento (1976) era el complemento perfecto para Catherine Deneuve, quien vuelve a encarnar a una mujer inaccesible. 'La verdad es que no he sido nada original buscando un amante para Catherine. Pensé casi de forma instantánea en Gérard. Además siempre es lo mismo, ella burguesa y él obrero: un amor imposible', concluye.
En la cinta, ambientada en la Francia de los años 70, Catherine Deneuve se mete en la piel de Suzanne Pujol, la 'mujer florero' de un empresario despótico, que trata a los demás como si fueran de su propiedad. Todo cambia para ella cuando su marido es secuestrado por los obreros de su fábrica, deteriorando la salud de su esposo y obligándola a tomar las riendas de la empresa.
Para sorpresa de sus hijos y su marido, Suzanne revoluciona la fábrica a base de creatividad, amor de madre y buenas formas. Es entonces cuando entra en escena Maurice Babin, interpretado por Gérard Depardieu, el alcalde comunista de su localidad y antiguo amante de una mujer hastiada de las continuas infidelidades de su esposo. Así se desatan los resortes de la comedia.
EN BUSCA DE LO KITSCH
En la primera escena de la cinta, Suzanne hace ejercicio en chándal en las inmediaciones de su casa, situada al lado de un bosque, en medio de un ambiente bucólico. De este modo, la actriz se desprende de su glamour para encarnar a un personaje sumiso, que evoluciona hasta conquistar el poder en la fábrica y la admiración de toda su familia.
'No fue nada difícil convencer a Catherine de que se pusiera delante de la cámara en chándal. Era muy importante que apareciera así, romper la imagen de Denuve de forma rápida', ha explicado el director, quien ha situado la cinta en los años setenta para evitar la crisis actual, que, según él, le hubiera conducido hacia el drama en lugar de hacia la comedia.
'Hubiese sido más dramático plantear la película en nuestra época. En los 70, en Francia también había una crisis enorme, muchos secuestros de empresarios y una diferencia muy aguda entre izquierda y derecha. La izquierda tenía 20 por ciento de los votos. Situar esto hoy en Francia hubiera sido mucho mas dramático, hubiera sido difícil llegar a la comedia', precisa.
EL INFLUJO DE MAYO DEL 68
Por su parte, la actriz recuerda esta etapa con amargura, una edad 'difícil' marcada por los acontecimientos de Mayo del 68, en el que los obreros y los estudiantes se rebelaron en busca de un mundo más justo, pero terminaron claudicando y rumiando su frustración durante los años 70.
'Tengo que decir que para mí los 70 fueron diferentes. Ya era adulta y estaba trabajando. Viví el 68 en París, pero cuando eres adulto ves las cosas de forma diferente. Seguí los acontecimientos, sabiendo que no podía hacer nada y tenía que continuar con mi vida. Yo no era estudiante ni obrera. Seguí haciendo cine y pasé este periodo con preocupación y con mucho dolor', explica.
Cuestionada por su vínculo con Gérard Depardieu, con quien ha trabajado en diversas ocasiones a lo largo de toda su carrera, la diva ha destacado su gran relación con el actor, a quien considera más que un amigo. 'El rodaje fue genial. No puedo hablar de amistad con él, es algo mucho más íntimo. He hecho muchas películas con él y compartimos una relación muy grande', ha indicado.
Según el director, el protagonista de Novecento (1976) era el complemento perfecto para Catherine Deneuve, quien vuelve a encarnar a una mujer inaccesible. 'La verdad es que no he sido nada original buscando un amante para Catherine. Pensé casi de forma instantánea en Gérard. Además siempre es lo mismo, ella burguesa y él obrero: un amor imposible', concluye.
