La fotógrafa Darcy Padilla documenta la pobreza extrema en Estados Unidos

La fotoperiodista norteamericana Darcy Padilla muestra desde hoy en el centro Arte Santa Mónica su serie "Family Love"
photo_camera La fotoperiodista norteamericana Darcy Padilla muestra desde hoy en el centro Arte Santa Mónica su serie "Family Love"

Hizo un seguimiento documental durante 21 años a la familia de Julie Baird, una enferma de sida, madre de seis niños

La fotoperiodista estadounidense Darcy Padilla expone a partir de mañana en el Arts Santa Mònica de Barcelona su contundente y comprometida serie de imágenes "Family Love", resultado del seguimiento documental durante 21 años de la familia de Julie Baird, una enferma de sida, madre de seis niños.

Todo empezó, según ha relatado hoy Padilla, cuando en el año 1993 trabajaba sobre un proyecto de pobreza extrema en su país -ella reside en San Francisco- y se cruzó en su vida una jovencísima Julie, con los pantalones medio desabrochados, y con Rachel, su primera hija, en brazos.

Ambas llegaron a un acuerdo y desde ese día Darcy se convirtió en su "fotógrafa personal" y también en la persona que mantuvo la relación más larga con ella, hasta que murió hace cuatro años, documentando, en blanco y negro, sus días, a lo largo de dos décadas ya fuera al lado de diferentes parejas, en precarias viviendas, o en la cama, esquelética, al final de su vida.

En el Arts Santa Mònica se presenta por primera vez la totalidad del proyecto fotográfico, en 124 imágenes, algunas de ellas inéditas, y que no se había podido exponer antes por falta de espacio.

Darcy Padilla ha comentado que las instantáneas, que reflejan la dura realidad de las personas que nada poseen, quieren servir, también, para que los hijos de Julie Baird, todos ellos dados en adopción, puedan conocer la historia de su progenitora, cuyo primer recuerdo era de cuando contaba seis años y se emborrachaba con su madre, sufriendo abusos sexuales por parte de su padrastro.

La fotógrafa ha rememorado que al principio la relación entre ambas "fue muy dura, pero con el tiempo fue cambiando". "Al principio -ha indicado- llegaba a su casa y me decía: ¡hoy no, guarra, vete!".

Padilla tiene claro, después de que Julie aceptara participar en esta iniciativa, que no tenía nada personal contra ella, si no que se trataba de "una madre primeriza, con problemas de drogas".

"Al final de su vida, un día me dijo que yo era la persona que había mantenido con ella una relación más larga y que hiciera lo que quisiera con mi trabajo", ha apostillado.

Preguntada sobre cómo se enfrentaba a todo lo que retrataba, ha dicho que no sabe dónde empieza y dónde acaba un fotoperiodista. "Lo primero que soy es un ser humano y que luego voy con una cámara de fotos", ha subrayado.

Nunca olvidó tampoco a la hora de reflejar lo que acontecía alrededor de la familia de Julie, que esta acabó siendo una amiga y que fue quien tomó la decisión de abrirle la puerta. "Si ella no me hubiera permitido entrar en su vida, este proyecto no existiría", ha apuntado.

Respecto de la pobreza extrema que sufre una parte de la población de su país, ha opinado que es un problema que va mucho más allá de los programas de bienestar social, "que fueron muy positivos cuando empezaron con la Gran Depresión, pero ahora debería mirarse qué ocurre con la salud, la educación, la depresión o los abusos".

A pesar de la dureza de las imágenes, que nunca dejan indiferente al espectador, la muestra termina con unas instantáneas de Rachel, su primogénita, convertida en una feliz madre de dos criaturas, de la que Julie se sentiría orgullosa, según Padilla.

Premiada con diferentes distinciones por este proyecto, la exposición de la fotoperiodista se podrá ver en Barcelona hasta el próximo día 28 de septiembre, comisariada por Sílvia Omedes, y organizada por la Fundación Photographic Social Vision.

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