Javier Reverte recorre el paso del océano Atlántico al Pacífico a través de las aguas árticas en su nueva novela, En mares salvajes (Plaza&Janés). El autor se embarca en una ruta marina para relatar la vida de sus escasos habitantes y rememorar las exploraciones épicas del pasado en esta región inhóspita.
Tras la publicación de El río de la luz, donde el escritor narra su viaje por Alaska y Canadá, Reverte vuelve a ofrecer al lector una crónica viajera. A través de sus páginas, el autor realiza un viaje literario acerca de la experiencia que lo llevó a las latitudes salvajes envueltas en hielo que pueblan el norte del planeta.
Según ha explicado en la presentación, este recorrido supuso hace varios siglos toda una epopeya para las personas que trataron de encontrar un camino más rápido entre Europa y Asia. 'En este desafío murieron muchas personas, se perdieron muchos barcos y, en definitiva, fue un desastre general'.
Ahora, cerca de 400 años más tarde, el cambio climático ha permitido que en el año 2007 se realizara el primer viaje a través de este paso y el deshielo ha hecho posible que durante los años sucesivos se convirtiera en una ruta marítima. Por ello, Reverte decidió embarcarse en un barco oceanográfico ruso y ser uno de los pioneros de esta aventura.
En su expedición, el autor de En mares salvajes tuvo la oportunidad de conocer las condiciones de extrema dureza en las que viven los pocos habitantes que residen en esta región boreal, los 'inuit' del norte de Canadá. Estos asentamientos, explica, consiguieron derechos que no posee el resto de la población, como el acceso a la pesca y la caza, como una forma de compensar el tratamiento recibido durante años.
'Se trata de unas generaciones que han saltado desde el Medievo a la Modernidad en 20 años, por lo que muchas personas son alcohólicas, drogadictas y en muchas ocasiones recurren al suicidio', explica Reverte. El paisaje humano que se observa es 'raro, distinto y mezclado', añade.
'PUGNA' POR EL PODER
En este libro, su autor aborda temas que en otras ocasiones no había tratado, como es el cambio climático, o el problema del control del territorio. Gracias al deshielo esta ruta marítima, en principio turística, va a convertirse en poco tiempo en un acceso entre Europa y Asia, el objetivo por el que lucharon y murieron tantas personas en el pasado.
Ahora, señala, comenzarán los establecimientos militares y pronto, ante el mayor tráfico marítimo, se verá la 'pugna emergente por la soberanía de esta zona' entre Estados Unidos, Canadá, Rusia y Noruega. 'Esto va a tardar días', asegura el escritor.
Otro de los factores que van a provocar esta lucha por el control del territorio es que este deshielo va a provocar la posibilidad de explotar los recursos, ya que se calcula que el 25 por ciento de las reservas de hidrocarburos se encuentran allí.
Estos territorios inhumanos y paisajes helados, fríos, de piedra y sin árboles, le hicieron preguntarse a Reverte si, después de todos los sucesos meteorológicos ocurridos en Japón, 'la naturaleza podrá con nosotros'.
Según ha explicado en la presentación, este recorrido supuso hace varios siglos toda una epopeya para las personas que trataron de encontrar un camino más rápido entre Europa y Asia. 'En este desafío murieron muchas personas, se perdieron muchos barcos y, en definitiva, fue un desastre general'.
Ahora, cerca de 400 años más tarde, el cambio climático ha permitido que en el año 2007 se realizara el primer viaje a través de este paso y el deshielo ha hecho posible que durante los años sucesivos se convirtiera en una ruta marítima. Por ello, Reverte decidió embarcarse en un barco oceanográfico ruso y ser uno de los pioneros de esta aventura.
En su expedición, el autor de En mares salvajes tuvo la oportunidad de conocer las condiciones de extrema dureza en las que viven los pocos habitantes que residen en esta región boreal, los 'inuit' del norte de Canadá. Estos asentamientos, explica, consiguieron derechos que no posee el resto de la población, como el acceso a la pesca y la caza, como una forma de compensar el tratamiento recibido durante años.
'Se trata de unas generaciones que han saltado desde el Medievo a la Modernidad en 20 años, por lo que muchas personas son alcohólicas, drogadictas y en muchas ocasiones recurren al suicidio', explica Reverte. El paisaje humano que se observa es 'raro, distinto y mezclado', añade.
'PUGNA' POR EL PODER
En este libro, su autor aborda temas que en otras ocasiones no había tratado, como es el cambio climático, o el problema del control del territorio. Gracias al deshielo esta ruta marítima, en principio turística, va a convertirse en poco tiempo en un acceso entre Europa y Asia, el objetivo por el que lucharon y murieron tantas personas en el pasado.
Ahora, señala, comenzarán los establecimientos militares y pronto, ante el mayor tráfico marítimo, se verá la 'pugna emergente por la soberanía de esta zona' entre Estados Unidos, Canadá, Rusia y Noruega. 'Esto va a tardar días', asegura el escritor.
Otro de los factores que van a provocar esta lucha por el control del territorio es que este deshielo va a provocar la posibilidad de explotar los recursos, ya que se calcula que el 25 por ciento de las reservas de hidrocarburos se encuentran allí.
Estos territorios inhumanos y paisajes helados, fríos, de piedra y sin árboles, le hicieron preguntarse a Reverte si, después de todos los sucesos meteorológicos ocurridos en Japón, 'la naturaleza podrá con nosotros'.
