El músico español Jorge Pardo hermana flamenco y jazz en Uruguay

El músico español Jorge Pardo llevó al Teatro Solís de Montevideo su particular mezcla de flamenco y jazz, dos músicas de diferente matriz que supo hermanar en un sólo sonido.

'Tanto el jazz como el flamenco exigen que el intérprete se convierta en un creador, y le añada parte de su personalidad a la música que está tocando', explicó Pardo en una entrevista con Efe.

Flautista, saxofonista y compositor, el músico madrileño fue el primer español en recibir el reconocimiento de la Academia de jazz francesa, que en 2013 le coronó como el mejor músico europeo de jazz.

Actualmente se encuentra más centrado en el flamenco, donde cree que 'todavía queda mucho por explorar' ya que, a diferencia del jazz, 'nacido en la capital del imperio', el cante jondo no ha experimentado la misma trayectoria internacional.

Opina además que, mientras el público de jazz es 'algo más intelectual', el de flamenco 'se muestra más pasional, más visceral' durante los conciertos.

Pardo investigó los recovecos del flamenco de la mano de maestros como Paco de Lucía o Camarón de la Isla, con quien colaboró en la mítica grabación de 'La leyenda del tiempo'.

También transitó los caminos del jazz acompañando a grandes del género como Chick Corea, y llegando a escenarios prestigiosos como el Blue Note de Nueva York.

Pese a ello, asegura que 'se aprende tanto de los 'monstruos' conocidos, como de los que no tienen nombre', motivo por el que disfruta tocando tanto en bares escondidos como en los auditorios más destacados.

'Ahora mismo puede estar ocurriendo algo maravilloso en el Carnegie Hall, pero también en un bar del puerto de Montevideo o en una cueva del Sacromonte en Granada', opina.

Pardo es conocido por haber innovado al introducir instrumentos tradicionalmente asociados al jazz, como el saxofón o la flauta travesera, en un mundo, el del flamenco, dominado hasta entonces por la guitarra, el cajón y las palmas.

En sus actuaciones, su flauta juega a imitar el cante y el quejío de las desgarradas voces flamencas, y rechaza a quienes tratan de reducir el género a una sola escala o un conjunto reducido de armonías.

Sus melodías, que confiesa que nunca le gustaban cuando las componía, se apoyan en la percusión flamenca, pero también en los ritmos que va marcando con el golpeteo de las llaves de su flauta.

'Si me vieran tocar así en el conservatorio, me castigaban dos semanas', bromeó el músico durante el taller que impartió durante esta jornada en el Centro Cultural de España en Montevideo.

Frente a la rigidez y el academicismo en las escuelas de música, Pardo propuso 'no olvidarse de disfrutar y sentir pasión por lo que se hace', así como 'experimentar al componer para acabar encontrando la voz propia, las frases propias'.

Su último trabajo, 'Huellas', es un puzzle en el que encajan el 'swing' del mejor jazz y el 'duende' del flamenco profundo, y ya le ha llevado a actuar en festivales españoles como el Jazzaldia de San Sebastián o el Etnosur de Jaén, así como en varias capitales europeas.

Pardo, que acudió a Uruguay invitado por la embajada de España para participar en el Sexto Festival de Jazz de Montevideo, se mostró deseoso de conocer una de las músicas tradicionales del país, el candombe, basado en la percusión afro y que pervive en algunos barrios de la capital y explota anualmente en el conocido como 'desfile de Llamadas'.

'En el mundo se crean semejanzas entre tradiciones musicales que son asombrosas. Y a veces estamos ante una música que no entendemos, pero que igual nos emociona. Eso es algo que consigue el arte', defendió Pardo.

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