ENTREVISTA

Nélida Piñón: “Es raro el día que no detecto actitudes machistas"

PERNAS
photo_camera La escritora brasileña de origen gallego Nélida Piñón, nueva académica de honor de la Real Academia Galega (RAG). (EFE)

La escritora subraya que con el feminismo sucedió una revolución ciega "que nadie se podría imaginar"

Dotada de una imaginación desbordante, la autora Nélida Piñón, que se define como "feminista histórica", cree que este ha sido el movimiento más importante del siglo XX y no duda en combatir con "mucha dialéctica" la lacra del machismo que todavía está muy presente e "inunda" sus pensamientos. "Ha mejorado, sin sombra de duda. Pero aún hay. Es raro el día que yo no detecte actitudes machistas hacia la mujer, muy raro", incide esta gallega de corazón y brasileña de nacimiento, que vive a caballo entre las dos patrias y que está de paso por Galicia tras ser nombrada, hace una semana, académica de honor de la Real Academia Galega (RAG).

Piñón (Río de Janeiro, 1937) subraya que con el feminismo sucedió una revolución "ciega que nadie se podría imaginar" y en la que "no hubo derramamiento de sangre". La autora dice que en el mundo los votos están supeditados a las órdenes y a los mandatos de los poderes públicos y de los políticos, y subraya que es necesario atender las demandas sociales. En este sentido, abunda en que el poder, en general, está muy centrado en sus propios intereses y carece de "un sentido republicano, de la cosa pública".



Educación igualitaria

Enamorada de Oriente Medio y defensora de la palabra bien empleada, apuesta por un sistema educativo de calidad e igualitario, ya que la juventud es efímera y es necesario conseguir un apogeo del cuerpo, algo para lo que se requiere cultura, saber y conocimiento. "El erotismo era el arte de los más viejos, el amor requiere conocimiento", opina Nélida Piñón, quien subraya que el acto erótico o el amor precisa de una seducción extraordinaria unida a "una cierta cultura", puesto que ir "a la cama y, hala, un minuto, pim, pam, pum... es un tormento", enfatiza entre risas. "La seducción que te lleva a un placer es una compensación extraordinaria. Reconforta", señala. Para Piñón, la belleza está al margen, ya que "he visto personas feas que cuando empezaban a hablar se veían lindas, y hombres y mujeres guapos que, cuando hablan, tú escapas por la ventana", comenta con sus ojos achinados.

Esta mujer simpática y vital, que aprendió desde la infancia el consejo que le dio su madre, ser una escritora honrada y no una pluma mercenaria que denigrase el acto de crear, se presenta como creyente de la metamorfosis y de la continuidad, por lo que rinde un especial homenaje a sus ascendentes y a los "siglos pretéritos". "Tú puedes ser innovador en la estética, en todo lo que hagas, pero tienes que saber que hay continuidad" con un mundo pasado que se mantiene paralelo a este, observa esta escritora, "heredera de otras épocas y de otras civilizaciones" y dueña de una agenda viajera que revienta por las costuras.

Nélida Piñón, adalid de la fabulación como medio para expresar el inconformismo, que no la "rebeldía sin causa", matiza, se caracteriza por ser "renovadora" hasta consigo misma, y también por apostar por el estímulo mágico de pensar cuidando, hasta el detalle, cualquier creación. "No se puede hacer literatura por hacer", sostiene.

Merecedora de distinciones como el Juan Rulfo (1995), el XVII Premio Internacional Menéndez Pelayo (2003) y el Príncipe de Asturias de las Letras (2005), no piensa ni quiere que se hable de ella como la siguiente Premio Nobel.

Te puede interesar