Formó parte a finales de los años cincuenta de los grupos de vanguardia más importantes del campo creativo
El escultor y pintor Néstor Basterretxea Arzodun, fallecido hoy en Hondarribia a los 90 años, formo parte a finales de los años cincuenta de los grupos de vanguardia más importantes del campo creativo y fue un referente de la cultura vasca.
Basterretxea nació en Bermeo (Vizcaya) el 6 de mayo de 1924 y junto a su familia se exilió a Francia en 1936, pero el estallido de la II Guerra Mundial les obligó a buscar refugio en Buenos Aires.
La familia Basterretxea llegó a la capital argentina tras un largo viaje en un grupo formado por 600 vascos, 300 judíos belgas y un ballet ruso, entre otros.
Ya en Buenos Aires se integraron en el grupo de refugiados españoles. Uno de ellos, el artista gallego Castelao, le encargó la confección de la portada del primer número de la revista "Galeusca".
Basterretxea regresaría a España en 1952, y ganó el concurso para la realización de las pinturas murales de la cripta de la basílica de Arántzazu, en Oñate. Eran más de 500 metros cuadrados de obra repartidos en 18 murales.
Allí entró en contacto con el escultor Jorge Oteiza, con quien comenzó una larga amistad. Tras un año de trabajo, cuando ya había elaborado once murales, los franciscanos de la basílica borraron en una noche su obra, por considerarla inadecuada, lo que le supuso un duro revés que no superó hasta 1985 cuando redecoró aquellos muros.
A finales de la década de los cincuenta, formó parte de los grupos de vanguardia más importantes del campo creativo español: el Equipo 57 y el grupo Gaur, con Oteiza, Chillida, Mendiburu, Ruiz Balerdi, Amable Arias o Sistiaga, años en los que se expresaba a través de la pintura.
Basterretxea también se dedicó al campo del diseño industrial, en especial durante la década de los sesenta, tiempo en el se centró en el diseño de muebles y la decoración de hoteles, además de adentrarse en la fotografía experimental con la que hizo una exposición en Bilbao en 1969.
Con la llegada de la década de los setenta, el artista empezó a expresar la idea vasca con el uso de viejas vigas de madera de roble para sus esculturas.
En 1982, una escultura suya que representaba un árbol de siete ramas, resultó ganadora en el concurso de ideas, convocado por el Parlamento vasco, para presidir el hemiciclo.
Su primera exposición individual en Madrid fue en el Museo Español de Arte Contemporáneo (1987). Se trató de una antológica compuesta de 140 piezas, entre esculturas, pinturas, dibujos y collages, que recorría distintas épocas de su actividad.
Otra de sus obras más emblemáticas es la "Paloma por la Paz", de siete metros de alta por nueve de ancha, que se instaló en el paseo de Zurriola de San Sebastián en 1988.
Esta escultura sirvió entre mayo de 1995 y los primeros meses de 1996 como punto de concentración de trabajadores de Alditrans, en un principio, para reivindicar la liberación del industrial José María Aldaya y del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara.
"Monumento al pastor vasco" traspasó el Atlántico y puede contemplarse en la ciudad estadounidense de Reno desde 1989. Basterretxea fue seleccionado entre un treintena de artistas internacionales para realizar este monumento, primera escultura sobre Euskadi en Estados Unidos.
Además, se encargó de la decoración de la vela de 150 metros cuadrados del velero "Gipuzkoa", que dio la vuelta al mundo entre diciembre de 1990 y noviembre de 1992. Años después, en mayo de 1998, colaboró en la exposición "Arte en la Catedral", uno de los actos del centenario de la fundación del Athletic Club de Bilbao.
La última exposición antológica de su obra tuvo lugar en el museo de Bellas Artes de Bilbao el 25 de febrero de 2013, donde se pudieron contemplar 240 de sus creaciones.
Además de escultura y la pintura, también realizó cine, arte que consideraba como "un mural de tres kilómetros". Así nacieron los cortometrajes "Operación H" (1963), "Pelotari" (1964), "Alquézar, retablo de pasión" (1965), estos dos últimos dirigidos junto con Fernando Larruquert al igual que el largometraje "Ama Lur-Tierra Madre" (1966).
También fue autor de varios documentales y de una serie sobre las culturas prehispánicas.
