El Pen Club catalán ha presentado hoy la nueva Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos, decálogo elaborado por esta entidad que podría aprobarse en el Congreso Mundial del Pen en septiembre en Belgrado, y que define la diversidad lingüística como 'patrimonio de la humanidad'.
La presentación del documento coincide con la aprobación hace quince años en Barcelona de la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos, firmada por 41 centros Pen, 66 ONG y 41 expertos de todo el mundo, que partieron del principio de que 'los derechos lingüísticos son, a la vez, individuales y colectivos'.
En el manifiesto presentado hoy también se asevera que 'el respeto por todas las lenguas y culturas es fundamental en el proceso de construcción y mantenimiento del diálogo y de la paz en el mundo', y que 'cada persona aprende a hablar en el seno de una comunidad que le da la vida, la lengua, la cultura y la identidad'.
A juicio de los firmantes, las diferentes lenguas y hablares 'no son sólo medios de comunicación; también son el medio en el que los humanos crecen y las culturas se construyen'.
Toda comunidad lingüística, arguyen, tiene derecho a que su lengua sea utilizada como lengua oficial en su territorio y añaden que la enseñanza escolar debe contribuir a 'prestigiar la lengua hablada por la comunidad lingüística del territorio'.
En otro de los puntos se considera que el conocimiento generalizado de 'diversas lenguas por parte de los ciudadanos es un objetivo deseable, porque favorece la empatía y la apertura intelectual, a la vez que contribuye a un conocimiento más profundo de la lengua propia'.
Los redactores del texto defienden, asimismo, que la traducción representa 'un elemento muy importante en el necesario proceso de más conocimiento y respeto entre los humanos' y que los medios de comunicación 'son altavoces privilegiados a la hora de hacer efectiva la diversidad lingüística y de prestigiarla con competencia y rigor'.
El último punto del documento, denominado también 'Manifiesto de Girona', subraya que 'el derecho al uso y protección de la propia lengua debe ser reconocido por las Naciones Unidas como uno de los derechos humanos fundamentales'.
En el manifiesto presentado hoy también se asevera que 'el respeto por todas las lenguas y culturas es fundamental en el proceso de construcción y mantenimiento del diálogo y de la paz en el mundo', y que 'cada persona aprende a hablar en el seno de una comunidad que le da la vida, la lengua, la cultura y la identidad'.
A juicio de los firmantes, las diferentes lenguas y hablares 'no son sólo medios de comunicación; también son el medio en el que los humanos crecen y las culturas se construyen'.
Toda comunidad lingüística, arguyen, tiene derecho a que su lengua sea utilizada como lengua oficial en su territorio y añaden que la enseñanza escolar debe contribuir a 'prestigiar la lengua hablada por la comunidad lingüística del territorio'.
En otro de los puntos se considera que el conocimiento generalizado de 'diversas lenguas por parte de los ciudadanos es un objetivo deseable, porque favorece la empatía y la apertura intelectual, a la vez que contribuye a un conocimiento más profundo de la lengua propia'.
Los redactores del texto defienden, asimismo, que la traducción representa 'un elemento muy importante en el necesario proceso de más conocimiento y respeto entre los humanos' y que los medios de comunicación 'son altavoces privilegiados a la hora de hacer efectiva la diversidad lingüística y de prestigiarla con competencia y rigor'.
El último punto del documento, denominado también 'Manifiesto de Girona', subraya que 'el derecho al uso y protección de la propia lengua debe ser reconocido por las Naciones Unidas como uno de los derechos humanos fundamentales'.
