El cineasta ourensano presenta su tercera película, fascinado con el trabajo del actor norteamericano

Rodrigo Cortés, encantado con De Niro en 'Luces Rojas'

El actor Cillian Murphy, otro de los protagonistas de 'Luces Rojas' y Rodrigo Cortés.
El cineasta ourensano Rodrigo Cortés vuelve al Festival de Sundance para presentar su tercera película, 'Luces rojas', un thriller que, asegura, será 'el regreso' del mejor Robert De Niro. 'No lo vimos igual desde 'El cabo del miedo', afirma el director, aún fascinado por el actor estadounidense. 'De Niro es la carta que escribes a los Reyes pidiendo un tren eléctrico aunque sabes que te van a traer calcetines', afirmó Cortés, horas antes de partir hacia las montañas de Utah (EEUU) donde el próximo día 19 comenzará el festival más prestigioso del mundo de cine independiente.
Sin embargo, explicó, 'fue su agente el que se puso en contacto conmigo'. Y cuenta un divertido encuentro 'secreto' para preservar la intimidad del actor en un hotel de Sicilia, 'el sitio más adecuado para hacer propuestas que no pueden rechazarse', señaló entre risas, y aún sin creerse que De Niro aceptara el papel. 'Quería hacer la película; lo entenderías si supieras lo que cobró'.

'Luces rojas' es la historia de un equipo de investigadores de fraudes paranormales formado por la jefa, Margaret Matheson (Sigourney Weaver) y sus ayudantes, Sally (Elizabeth Olsen) y Tom (Cillian Murphy), que trabajan desde el lado de la ciencia racionalista. 'Son profesionales escépticos que se dedican a probar el truco de las manifestaciones paranormales, ya sean auténticos fraudes o producto de una errónea interpretación de la realidad', explicó Cortés, que adelantó muy poco más de la trama, si bien aclaró que 'lo que explora la película son los mecanismos de percepción del cerebro'.


AÚN INÉDITA

La película, que debe permanecer inédita hasta su presentación el viernes en Sundance, resulta trepidante y emocionante con 'cuatro detalles'. Y no lo dice en vano. Cortés escribió, dirigió y montó en 17 días la película más escalofriante de 2010, 'Buried' -'Enterrado'- donde con sólo un cajón de pino, un mechero y un teléfono móvil hizo ver al espectador un atentado, un bombardeo, un secuestro, al FBI y un poblado iraquí acudiendo al rezo a la llamada del muecín.

'En cierto modo, el cine es lo mismo, por eso me apasiona tanto', reflexionó Cortés. 'Jugar con las percepciones es la mayor preocupación de un director, hacer que las cosas se sientan reales, y guiar al espectador, darle pistas falsas para sorprenderle'.

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