El proyecto contó con la colaboración del artista urbano Fix Robótico, autor de los dibujos basados en la identidad del oiense
El Ayuntamiento de Oia ha lanzado una campaña de combate al feísmo de la que ha surgido una nueva propuesta turística. Es una ruta integrada por varios murales gigantes salidos de la creatividad del artista urbano Flix Robótico y que se inspiran en los principales elementos que identifican al municipio. La idea del equipo de gobierno de Cristina Correa es que los visitantes puedan participar en una visita guiada por los diferentes murales de la mano del guía Borja Concheiro y que se transformen en "selfpoints" para que los visitantes puedan sacar sus propias fotos e instantáneas y compartirlas en sus redes sociales.
El proyecto surgió, según explica la alcaldesa, "para luchar contra el feísmo y dignificar espacios que de otra forma no aportaban nada". Para ello se pusieron en contacto con el artista urbano de origen venezolano Flix, que buscó como inspiración algunos de los símbolos que identifican al municipio e Oia como el monasterio, los caballos salvajes que cabalgan por la sierra da Groba o las actividades deportivas y de ocio que se pueden llevar a cabo en un municipio en el que el mar y el monte viven en perfecta simbiosis.
Los murales han surgido en diferentes puntos del municipio. Uno de estos enclaves es bajo el puente de la carretera PO-552, junto al acceso al monasterio y al barrio de O Arrabal, donde una pared gris y sin ningún atractivo se ha convertido en una pradera imaginaria en la que cabalgan dos caballos típicos de los montes oienses. Otra de las creaciones de Flix surge en una de las paredes del CEIP M. Manuel García, donde el verde y el azul se funden en medio de deportes, senderos, aves marinas con un cormorán como protagonistas y actividades marineras, en un puzzle que refleja los atractivos que el municipio ofrece a los visitantes que se dejan fascinar por su oferta cultural, gastronómica y de actividades al aire libre.
Y como no podía faltar, el único monasterio cisterciense a orillas del mar es el protagonista de un tercer mural que ocupa la otra pared existente bajo el puente de la carretera.
