"Ahora disfrutamos este tipo de conciertos como los de una sala pequeña, con más tranquilidad, y esto nos está permitiendo aprender a ser más completos como músicos", dicen.
Para Supersubmarina, una de las bandas de "indie" español más importantes de los últimos años, seguida incluso por la reina Letizia, el año transcurrido desde la publicación de su último álbum de estudio les ha venido, como el título de ese disco, con el "viento de cara", algo que esperan que continúe en 2016.
"Este año ha sido el mejor. Teníamos un sueño, que era sacar un disco justo con el sonido, la producción y las canciones que queríamos; pudimos apoyarlo con una gira muy importante de presentación y a eso se sumaron los festivales, que han ido muy bien. Ahora solo queda rematarlo", han dicho hoy a Efe sus integrantes.
El fenómeno sigue creciendo, algo que se nota en sus conciertos. "Ya estábamos tocando en horarios estelares en festivales, pero este año hemos percibido que la gente nos escuchaba de otra manera, con más interés", reconoce el batería Juanca, a lo que su compañero, el vocalista José Chino, remacha: "Hemos cuajado buenas faenas".
En esos conciertos en los que han brillado con condición de primerísimas estrellas, como en el Low Festival de Benidorm (Alicante) o en el Sonorama de Aranda de Duero (Burgos), además pudo apreciarse cómo cada vez se ven más chicos en las primeras filas, ganándole algo de terreno a ellas.
Se trata de un aspecto al que la banda no le da importancia, pues aseguran que su público masculino siempre ha estado ahí y que lo de "grupo de chicas" es "un sambenito" que les ha colgado la prensa.
Sea como fuere, su crecimiento en volumen les ha permitido conectar la gira de verano con otra aún más potente, El Mañana Tour, con nueve citas únicas en emblemáticos pabellones, nuevos músicos y una renovada escenografía, muy conceptual, de la que destaca su especial diseño de luces.
"Queremos que trascienda la imagen de un concierto de rock'n roll habitual para ver a Supersubmarina como nunca", afirma el grupo, que el viernes cierra ese periplo con un concierto en el Barclaycard Center de Madrid (antiguo Palacio de Deportes).
Después podrán descansar de esas palizas de carretera a las que se han sometido en este año tan intenso, aunque sea brevemente, pues comenzarán a preparar los directos del próximo año, que arrancarán en el Palacio de Congresos de Granada el 1 de abril y que volverán a llevarles a grandes recintos.
"Ahora disfrutamos este tipo de conciertos como los de una sala pequeña, con más tranquilidad, y esto nos está permitiendo aprender a ser más completos como músicos", dicen, tras asegurar que cada vez se ven "más seguros" y con sensación de sonar más "compactados" como banda, algo que se traslada a sus enérgicos directos.
Trabajadores incansables ("ya descansaremos cuando hayamos muerto", suelen decir en esos shows), en febrero viajarán por segunda vez a México y anticipan que ya tienen muchos "bocetos" de canciones para el siguiente álbum de estudio, el cuarto ya, tras "Electroviral" (2010), "Santacruz" (2012) y "Viento de cara" (2014).
