La gira de presentación de su último trabajo de estudio 'Viento de cara' les ha valido para probar esa relación de amor recíproco con dos citas consecutivas en Santiago y A Coruña
A Supersubmarina le gusta Galicia y a Galicia le gusta Supersubmarina.
La gira de presentación de su último trabajo de estudio 'Viento de cara' les ha valido para probar esa relación de amor recíproco con dos citas consecutivas en dos ciudades próximas como Santiago y A Coruña, con el aforo prácticamente completo y un público entusiasta e incondicional de una de las bandas del indie español en mejor forma del momento.
La noche del jueves al viernes tocaron en la sala compostelana 'Capitol' y la pasada madrugada congregaron a casi un millar de personas en la sala Finisterrae de la ciudad herculina, en los bajos del hotel Finisterre.
"Amigos de tierras gallegas, estamos contentísimos de volver a tierras gallegas", proclamaron en las redes sociales donde daban cuenta de una buena mesa.
El quinteto de Baeza -Jose Chino (voz y guitarra), Jaime (guitarra), Pope (bajo), Juanca (batería)-, al que se ha sumado Javi (teclado), comenzó a despuntar en 2008, año en el que lanzaron su primer EP 'Cientocero'.
Le siguió otro: 'Supersubmarina' (2009) y un par de años después ya se habían consolidado como efecto tirón de cualquier festival estival con la Reina Letizia entre sus fans confesas.
La noche del viernes llenaron el salón Finisterrae con un directo eléctrico de hora y media que fue ganando intensidad desde 'Samurai', la canción del último disco que abrió el cofre sonoro, hasta una traca final que les dio para repasar 'Puta Vida', 'Hermética', 'Tecnicolor', 'Cientocero' o 'En mis venas'.
Al primer disco le llamaron 'Electroviral', en 2010, de la mano de la todopoderosa Sony Music y dos después alumbraron 'Santa Cruz' (2012).
'Viento de Cara' es el tercero de estudio y lo publicaron el 23 de septiembre con 11 temas.
Apenas dos meses después, sus fans les demostraron que ha sido tiempo suficiente para memorizar las canciones -antiguas y nuevas-, capitaneadas por la que da nombre al 'Viento de Cara', que corearon sin tregua.
La fiesta, para la banda, siguió en el 'Mardi Gras' de A Coruña, la sala que les abrió las puertas en 2009, cuando daban sus primeros pasos.
