Tom Hanks, el director Ron Howard y el resto de protagonistas de Angeles y demonios pasearon por la alfombra roja del Auditorio Parco della Musica de Roma con motivo del lanzamiento mundial de la cinta basada en el libro de Dan Brown.
En la capital italiana, rodeados de guardias suizos, también estuvieron el actor británico Ewan McGregor, que en el film interpreta el papel del camarlengo, la israelí Ayelet Zurer, que da vida a la científica italiana Vittoria Vetra, y el italiano Pierfrancesco Favino, que en el film es el Inspector de la Gendarmería vaticana Ernesto Olivetti.
A diferencia del libro, la película mantiene una posición menos crítica con respecto a la Iglesia católica e intenta presentar una posición 'equilibrada', tal y como explicó el mismo Ron Howard ayer, durante una rueda de prensa. El film trata de 'reconocer muchas de las virtudes que ofrece la Iglesia y al mismo tiempo, la posibilidad que tiene, como toda institución, de ser subvertida y de que el ser humano abuse de su poder'.
Al igual que el Código da Vinci, Ángeles y Demonios explota algunos de los misterios y leyendas que han ido surgiendo a lo largo de la bimilenaria historia del cristianismo. En esta ocasión, Brown elige la secta de los 'Iluminati', una antigua asociación secreta que tiene en su poder una terrible arma nuclear y se propone hacerla explosionar dentro del Vaticano, justo cuando se está celebrando el cónclave para la elección del nuevo Papa.
En algunos puntos, la adaptación cinematográfica se ha disociado del libro, aunque esto no se ha debido a ningún intento por 'suavizar o reforzar' la controversia con la Iglesia, aseguró Howard. 'La necesidad de mantener la tensión limitaba los detalles de la historia', a diferencia de lo que ocurrió con El Código da Vinci, donde 'había más tiempo para explicar estos detalles', explicó.
LOS RECELOS DEL VATICANO
Sea como sea, tras la experiencia de El Código da Vinci, el Vaticano no ha ocultado sus reticencias con respecto al film, por lo que no ha querido conceder ninguna autorización para que el rodaje de Ángeles y Demonios se realizara en el interior de iglesias o monumentos de su propiedad.
Aun con todo, el subsecretario del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales del Vaticano, Angelo Scelzo, aclaró hoy que la negativa a rodar dentro del territorio de la Santa Sede vale para todas las películas, independientemente de su contenido. 'Lo prohíbe el reglamento', aseguró.
La verdad es que tanto el Vaticano como la ciudad de Roma podrían salir beneficiadas de la película, que con mucha probabilidad se convertirá en un verdadero 'spot' publicitario y podría incrementar las visitas turísticas a la ciudad eterna. El film se estrenará en los cines de todo el mundo el próximo 15 de mayo, con la esperanza de alcanzar y, si se puede superar, los 750 millones de dólares recaudados con El Código da Vinci en todo el mundo.
A diferencia del libro, la película mantiene una posición menos crítica con respecto a la Iglesia católica e intenta presentar una posición 'equilibrada', tal y como explicó el mismo Ron Howard ayer, durante una rueda de prensa. El film trata de 'reconocer muchas de las virtudes que ofrece la Iglesia y al mismo tiempo, la posibilidad que tiene, como toda institución, de ser subvertida y de que el ser humano abuse de su poder'.
Al igual que el Código da Vinci, Ángeles y Demonios explota algunos de los misterios y leyendas que han ido surgiendo a lo largo de la bimilenaria historia del cristianismo. En esta ocasión, Brown elige la secta de los 'Iluminati', una antigua asociación secreta que tiene en su poder una terrible arma nuclear y se propone hacerla explosionar dentro del Vaticano, justo cuando se está celebrando el cónclave para la elección del nuevo Papa.
En algunos puntos, la adaptación cinematográfica se ha disociado del libro, aunque esto no se ha debido a ningún intento por 'suavizar o reforzar' la controversia con la Iglesia, aseguró Howard. 'La necesidad de mantener la tensión limitaba los detalles de la historia', a diferencia de lo que ocurrió con El Código da Vinci, donde 'había más tiempo para explicar estos detalles', explicó.
LOS RECELOS DEL VATICANO
Sea como sea, tras la experiencia de El Código da Vinci, el Vaticano no ha ocultado sus reticencias con respecto al film, por lo que no ha querido conceder ninguna autorización para que el rodaje de Ángeles y Demonios se realizara en el interior de iglesias o monumentos de su propiedad.
Aun con todo, el subsecretario del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales del Vaticano, Angelo Scelzo, aclaró hoy que la negativa a rodar dentro del territorio de la Santa Sede vale para todas las películas, independientemente de su contenido. 'Lo prohíbe el reglamento', aseguró.
La verdad es que tanto el Vaticano como la ciudad de Roma podrían salir beneficiadas de la película, que con mucha probabilidad se convertirá en un verdadero 'spot' publicitario y podría incrementar las visitas turísticas a la ciudad eterna. El film se estrenará en los cines de todo el mundo el próximo 15 de mayo, con la esperanza de alcanzar y, si se puede superar, los 750 millones de dólares recaudados con El Código da Vinci en todo el mundo.
