Las ventas del sector editorial español descendieron un 7 por ciento en 2010

La crisis económica 'ha arrastrado' finalmente a los editores españoles, cuyas ventas descendieron en 2010 un siete por ciento, motivado en parte por la menor facturación de libros de texto, que el año pasado bajó en torno a un diez por ciento.
Estas 'estimaciones' las facilitaron hoy el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Antonio María Ávila, y el nuevo presidente de la misma, Antoni Comas, en un encuentro informativo en la sede de Efe y en el que quedó claro que, 'si no se ataja la piratería, el sector editorial puede desaparecer a medio plazo'.

'Si no tenemos un marco legal que proteja la propiedad intelectual, dentro de veinte años estaremos hablando de que, una vez en España, hubo una industria editorial importante que aportaba el uno por ciento al Producto Interior Bruto (PIB) y que tenía 30.000 puestos de trabajo fijos y otros tantos indirectos', aseguró Comas.

Aunque los datos del comercio interior del libro correspondientes a 2010 no se cierran hasta el mes de mayo o junio, las estimaciones que barajan los editores sitúan las pérdidas en un 7 por ciento y las previsiones 'más optimistas hablan de un cuatro por ciento', señaló Ávila.

Por primera vez, los editores se enfrentan a 'una bajada anómala' que se mira con preocupación en un sector que no suele tener grandes ganancias en tiempos de 'bonanza económica', pero al que las crisis tampoco le afectaban demasiado.

'Han cambiado las tornas y sufrimos la crisis económica por las restricción al consumo y la bajada de ingresos que han experimentado los profesionales, que son los mayores compradores de libros', afirmó el presidente de la FGEE.

Ávila cree que, junto a 'la ralentización del mercado', las caídas que han sufrido las ventas de libros de texto, debido a las políticas educativas de las comunidades autónomas, que en algunos casos aplican la gratuidad, 'arrastran al resto del sector'.

Los frecuentes cambios de planes educativos han hecho subir el precio medio del libro y perjudican a las editoriales especializadas.

Algunas de ellas 'han pleiteado con el Ministerio de Educación por el último plan que se aprobó. Han ganado en el Tribunal Supremo un recurso de responsabilidad patrimonial por haberles obligado' a preparar nuevos libros 'cuando ya tenían impresos los anteriores', dijo Ávila, que no dio cifras de indemnización porque 'la demanda la han planteado las empresas'.

También 'se ha notado mucho' la restricción del gasto público en Bibliotecas, que se puso en marcha con la ley del libro. El recorte procede tanto de las comunidades autónomas como del Ministerio de Cultura.

Sin embargo, el año pasado la exportación funcionó bien y subió el 5,8 por ciento. La cifra final se quedará en el 3,8 por ciento, si no se tienen en cuenta las publicaciones gráficas, comentó Ávila.

'América ha respondido muy bien y, si no han subido más las cifras globales, es porque sigue cayendo la venta de fascículos en Europa', afirmó el director de la FGEE, quien también destacó que la facturación de libros 'vinculados a la enseñanza del español, ha crecido un 40 por ciento'.

En 2011 las previsiones de exportación siguen siendo 'optimistas' porque los editores 'se están volcando en vender fuera'. En febrero de este año las ventas al exterior subieron 'un 20 por ciento más que el mismo mes de 2010', indicó Ávila.

En el mercado árabe también hay buenas expectativas y, este año, los editores españoles han participado 'por primera vez' en la feria del libro de Abu Dabi, donde en 2012 España será país invitado.

En cuanto a la implantación del libro digital, España está 'más atrasada que Estados Unidos, pero no más que otros países europeos', aseveró el director ejecutivo de la FGEE. 'Las ventas no son las deseadas, pero es un problema general', apostilló Comas.

Uno y otro hicieron hincapié en que el proceso de digitalización 'no es barato'. Digitalizar un libro le puede costar al editor 'unos 100 euros'.

Las editoriales están haciendo 'un esfuerzo muy importante en invertir más capital y, de momento, no hay retorno', subrayó el presidente.

De momento, los editores sitúan las pérdidas por piratería en '200 millones de euros', aunque no hay cifras exactas.

'Lo que sí hemos notado cada vez más es que la mayoría de las novedades editoriales llegan a la red. Parece que las captan en el envío de la editorial a la imprenta', afirmó Ávila.

La denominada ley Sinde es, 'como todas las leyes, perfeccionable', pero puede servir para combatir la piratería, señalaron los responsables de los editores, para quienes 'el problema' de la sociedad española es 'el absoluto desprecio' que tiene al trabajo del sector cultural.

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