Los deportistas lucenses fueron los grandes dominadores de la edición número 21 del Triatlón Vila de Allariz, pues completaron el podio en la categoría absoluta. El júnior Uxío Abuín Ares, integrante del T. Remeco Muralla Lugo fue el vencedor, por delante de Manuel Piñeiro López, del Cidade de Lugo Fluvial, mientras que en la tercera posición se situó su compañero de equipo Pedro Antonio Esmoría Molina.
Alrededor de 150 triatletas participaron en esta prueba organizada por el Concello de Allariz y la federación Gallega de Triatlón. En esta ocasión, la cita no era puntuable para el Circuito Galego, si bien se trata de una competición federada.
Los competidores fueron divididos en las categorías cadete, júnior, absoluta y veteranos, tanto masculina como femenina, y todos debieron hacer frente a 750 metros de natación por el río Arnoia, a 24 kilómetros de ciclismo y a cinco kilómetros y medio de carrera a pie. Precisamente la prueba atlética fue una de las que sufrió una mayor modificación respecto a ediciones anteriores, puesto que la organización trató que el itinerario transcurriese en su totalidad por las márgenes del río, evitando atravesar carreteras principales. La prueba de ciclismo partió de Allariz y se dirigió hasta la localidad de Podentes, para regresar al núcleo urbano alaricano. La Alameda fue el punto neurálgico de esta prueba de máximo nivel gallego.
Los competidores fueron divididos en las categorías cadete, júnior, absoluta y veteranos, tanto masculina como femenina, y todos debieron hacer frente a 750 metros de natación por el río Arnoia, a 24 kilómetros de ciclismo y a cinco kilómetros y medio de carrera a pie. Precisamente la prueba atlética fue una de las que sufrió una mayor modificación respecto a ediciones anteriores, puesto que la organización trató que el itinerario transcurriese en su totalidad por las márgenes del río, evitando atravesar carreteras principales. La prueba de ciclismo partió de Allariz y se dirigió hasta la localidad de Podentes, para regresar al núcleo urbano alaricano. La Alameda fue el punto neurálgico de esta prueba de máximo nivel gallego.
