Alcázar de San Juan es una de las novedades en la categoría esta temporada. En plena Mancha, a menos de 30 kilómetros de El Toboso, cuna de Dulcinea, el equipo entrenado por Javier Juárez intenta avivar el sueño de una pequeña ciudad -algo más de 30.000 habitantes- por un deporte que ha mamado desde hace décadas. Antonio Díaz Miguel, cuyo nombre lleva el pabellón en el que juega el equipo, o Vicente Paniagua nacieron allí.
'La afición está viviendo un momento histórico. Es una ciudad con mucha tradición de baloncesto y nunca ha tenido un equipo a este nivel. Aquí el baloncesto se respira en todas las esquinas', asegura el entrenador del Adepal.
El baloncesto lucha por hacerse un hueco en una provincia en la que el fútbol es el tercer plato pero en la que el balonmano es tan gigante como los molinos para donQuijote. Ciudad Real presume de tener el mejor equipo de balonmano del mundo y Castilla-La Mancha de monopolizar la Liga Asobal con cuatro equipo en la categoría. 'El Ciudad Real es un orgullo para toda la comunidad y nosotros hemos tomado el testigo en la LEB Oro que en si día tuvo Illescas y las instituciones nos apoyan para que la comunidad tenga un equipo en esta categoría', añade Juárez.
Para lograr la permanencia el club y el cuerpo técnico lo han tenido claro: 'A los mejores jugadores no podíamos llegar y optamos por veteranos que todavía tienen muchas ganas de demostrar cosas y algunos jóvenes que quieren hacerse un hueco en la Liga'. Y añade: 'Para competir bien en esta Liga hay que conocerla. Hay jugadores de mucha calidad que tardan un tiempo en rendir a su nivel y otros que no llegan a hacerlo nunca'.
CLÁSICOS DE LA LEB
El base Iván Corrales fue la última incorporación de un equipo sobrado de veteranía. En el perímetro Dexter Lyons, aunque no está en su mejor momento, y Fran Robles aseguran puntos y en la zona Ward, Balmón, Wachsmann y Virgil aportan versatilidad, físico, intimidación, experiencia y anotación. Frutos, el base titular, Parejo, al que prerendió el COB, Guigou, Almazán o Devin Wright completan el equipo.
'Tenemos muy claro desde el principio cual es nuestro objetivo y eso nos ayuda bastante y tenemos muy claro que conseguirlo pasa por hacernos muy fuertes en nuestra pista. No importa el rival que sea porque en nuestra pista tenemos que sacar los partidos', reconoce Javier Juárez.
El pabellón Antonio Díaz Miguel, con capacidad para 1.500 espectadores y con cerca de 2.000 en cada partido, es la mejor baza de un equipo con escasa historia profesional pero al que su plantilla otorga un peso competitivo envidiable. Un rival complicado despertar de un sueño que ya encarrila cuatro ascensos consecutivos.
El baloncesto lucha por hacerse un hueco en una provincia en la que el fútbol es el tercer plato pero en la que el balonmano es tan gigante como los molinos para donQuijote. Ciudad Real presume de tener el mejor equipo de balonmano del mundo y Castilla-La Mancha de monopolizar la Liga Asobal con cuatro equipo en la categoría. 'El Ciudad Real es un orgullo para toda la comunidad y nosotros hemos tomado el testigo en la LEB Oro que en si día tuvo Illescas y las instituciones nos apoyan para que la comunidad tenga un equipo en esta categoría', añade Juárez.
Para lograr la permanencia el club y el cuerpo técnico lo han tenido claro: 'A los mejores jugadores no podíamos llegar y optamos por veteranos que todavía tienen muchas ganas de demostrar cosas y algunos jóvenes que quieren hacerse un hueco en la Liga'. Y añade: 'Para competir bien en esta Liga hay que conocerla. Hay jugadores de mucha calidad que tardan un tiempo en rendir a su nivel y otros que no llegan a hacerlo nunca'.
CLÁSICOS DE LA LEB
El base Iván Corrales fue la última incorporación de un equipo sobrado de veteranía. En el perímetro Dexter Lyons, aunque no está en su mejor momento, y Fran Robles aseguran puntos y en la zona Ward, Balmón, Wachsmann y Virgil aportan versatilidad, físico, intimidación, experiencia y anotación. Frutos, el base titular, Parejo, al que prerendió el COB, Guigou, Almazán o Devin Wright completan el equipo.
'Tenemos muy claro desde el principio cual es nuestro objetivo y eso nos ayuda bastante y tenemos muy claro que conseguirlo pasa por hacernos muy fuertes en nuestra pista. No importa el rival que sea porque en nuestra pista tenemos que sacar los partidos', reconoce Javier Juárez.
El pabellón Antonio Díaz Miguel, con capacidad para 1.500 espectadores y con cerca de 2.000 en cada partido, es la mejor baza de un equipo con escasa historia profesional pero al que su plantilla otorga un peso competitivo envidiable. Un rival complicado despertar de un sueño que ya encarrila cuatro ascensos consecutivos.
