El primer partido del 2012 en el Paco Paz se disputó ante un afición que sufrió serios momentos de preocupación por su equipo

Año nuevo y las mismas dudas

Un aficionado durante el partido contra Aurteneche (Foto: José Paz)
Después de casi un mes de sequía, los aficionados del COB ya necesitaban su dosis semanal, o quincenal. Más de 2.000 vencieron al frío -también a cubierto- calentando un partido que su equipo ganó ajustado, al final, después de emoción y muchas dudas.
No tuvo ninguna uno de los árbitros del encuentro en obligar al alero cobista Rubén Guillandeaux a quitarse las mallas y jugar como Dios lo trajo al mundo entre las rodillas y los tobillos. El americano no se congeló en absoluto, 16 puntos y pases de fantasía para alegrar a un público que antes llegó a silbar al entrenador por algún cambio o movimiento táctico.

Más aplaudido fue el joven grupo 'Starlight Jokers', integrado por alumnos del colegio Divina Pastora y encargados de amenizar el descanso del partido. Coreografías novedosas y ningún complejo ante los espectadores. Que repitan.

El detalle simpático del equipo sucedió durante la primera parte, cuando un tierno infante se metió en la pista, dispuesto a ayudar a los hombres de Rubén Domínguez. Por fortuna, la encargada de la Ludoteca del Paco Paz y los limpiadores de la pista lo rescataron a tiempo. Sano y salvo. El niño estaba dispuesto a pegarse con los Ausina o Thompson bajo el aro, pero será más prudente esperar 20 años más, que no son nada. El aficionado no puede esperar más de dos semanas para ver a su COB.

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