Sueños de Olimpia

Barcelona 92: allí nació una nueva España

La victoria del atleta Fermín Cacho fue uno de los éxitos del deporte español en 1992.
photo_camera La victoria del atleta Fermín Cacho fue uno de los éxitos del deporte español en 1992.

Se cumplen 30 años de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Un evento que, junto a la Exposición Universal de Sevilla y el Quinto Centenario del descubrimiento de América, centraron en España la atención mundial.

Los Juegos fueron una titánica presentación de nuestro país. Todavía hoy son el modelo a imitar por tantas sedes que terminaron arruinadas por la aventura olímpica. El caso de Barcelona fue excepcional.

La unión de todas las administraciones por el objetivo -liderados por Juan Antonio Samaranch- el aprovechamiento de las infraestructuras creadas en beneficio de la ciudad, el apoyo popular -35.000 voluntarios- y la financiación mixta -60% de capital privado y 40% público- fueron las claves de su éxito económico. Costaron 12.000 millones de euros.

Fue una magnífica combinación de organización y creatividad. Un desarrollo de las competiciones perfecto, complementado por unas ceremonias de inauguración y clausura inolvidables. Huella imborrable en todos los españoles.

La memorable puesta en escena de "La Fura dels Baus", el encendido del pebetero, la estética del evento, la peculiar mascota diseñada por Mariscal, la canción que Freddy Mercuy no pudo interpretar junto a Monserrat Caballé -falleció un año antes-, el extraordinario número cómico de "el Tricicle", la despedida a los atletas...

Se proyectó una nueva España. Moderna, democrática y vanguardista, en un ambiente deportivo sólo empañado por la guerra de Yugoslavia. Sin los boicots de antaño y con la incorporación de los deportistas "profesionales" de la NBA.

Verano del 92. Una época inolvidable. Un maravilloso sueño con un terrible despertar, un año después. La crisis económica del 93.

"Plan ADO", o el ascenso hasta la élite mundial

En Barcelona, el deporte español certificó su madurez. Para lograrla fue necesaria la creación de una entidad tan exitosa, que hoy continua generando beneficios.

En 1987 se creó la ADO (Asociación de Deportes Olímpicos). Organización sin ánimo de lucro integrada por el Comité Olímpico español, la RTVE, el CSD  (Consejo Superior de Deportes) y capital privado de dos tipos: socios patrocinadores -aportación de más de 750.000 euros- y empresas colaboradoras.

El objetivo fue recaudar financiación para el llamado "Plan ADO". Proporcionar todos los medios para que deportistas, entrenadores y federaciones dispusiesen de las mejores condiciones para preparar los Juegos de Barcelona.

El éxito fue rotundo. Hasta 1992, España contaba 27 medallas olímpicas en su historia. Sólo en Barcelona logró 22. Algunas tan recordadas como los oros de Fermín Cacho en atletismo, Miriam Blasco en judo -la primera mujer-, López Zubero en natación, las selecciones de fútbol o hockey hierba, o el imparable equipo de Vela.

Este enorme salto y el buen criterio de los políticos -por una vez podemos escribirlo- decidió mantener la asociación y el Plan permanentes. Desde entonces se han recaudado 375 millones de euros y logrado 142 medallas. España es hoy una potencial deportiva mundial y, el único problema, es la excesiva obsesión por los metales que sufre en cada cita.

Otro incentivo poco comentado fue la creación de la "Libreta Campeones" financiada por "La Caixa". Una cuenta bancaria de entre 600.000 y 300.000 euros, según el color de la medalla lograda, para disfrutar cumplidos los 50 años. Premio que, para algunos deportistas en apuros, llegará muy tarde.

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