El hockey sala ourensano regresó al podio nacional y lo hizo cuando más difícil parecía. Clasificarse para la “Superfinal” de este nuevo formato era ya todo un éxito, pues suponía estar ya entre los cuatro mejores, pero conquistar el bronce después del varapalo sufrido en la semifinal un día antes con la dolorosa derrota ante el Complutense (10-1) y tener que jugársela en el partido por el tercer puesto con el anfitrión Giner de los Ríos y cobrando ventaja los “che” al inicio del tercer cuarto, es sencillamente genial.
Pero entonces el conjunto ourensano tiró de experiencia, esa de verse en muchas batallas iguales en citas anteriores (es el cuarto metal en los últimos nueve años), y además apareció el internacional Xurxo Cid: empató de jugada en el 27, hizo el 2-1 de penalti córner en el 28 y abrió brecha transformando un penalti strock en el 29 para poner un 3-1 ya insalvable para un Giner que se vio superado.
“Es una grandísima noticia para el hockey ourensano. Se notó el oficio del equipo en ese tramo final del partido y tiene mucho valor después del palo que habíamos llevado el día anterior, no por la derrota, sino por el 10-1 después de un muy mal partido”, destacó el técnico Roberto Oliveira.
La goleada del sábado se quedó en anécdota, no solo por terminar consiguiendo el bronce sino también por el resultado de la final: triunfo de los madrileños 7-0 ante el Fútbol Club Barcelona. “Venían muy fuertes de la Copa de Europa”, apostilló Oliveira.
Finalizada la temporada de sala regresa el hockey hierba, en la que el Barrocás también tiene un objetivo ambicioso, regresar a las categorías nacionales la temporada en la que la División de Honor B sufre una reestructuración, pasando de 12 a 16 equipos. “Nosotros queremos estar ahí”, avisa Roberto Oliveira. Los primeros éxitos (título gallego y bronce nacional) ya están ahí. Ahora toca continuar.
