Cáceres y Ourense comparten a día de hoy Liga y poco más. El equipo ourensano tiene pie y medio en la LEB Plata y el extremeño sueña con la gesta y con devolver a un club histórico a la Liga ACB.
Una temporada más el club no ha escatimado en gastos para intentar tutear a los mejores. El objetivo real es ser el mejor de la Liga particular que forman 16 de los 18 equipos de la categoría dejando al margen al Murcia y el Obradoiro. Ahí es donde encuentra el único pero a una trayectoria envidiable para la mayoría.
Poco a poco el equipo entrenado por Gustavo Aranzana ha ido perdiendo trenes y confirmando una peligrosa falta de solvencia a domicilio. El Cáceres pasó de hacer la goma con los dos mejores a ceder también terreno con León y Burgos, es decir, un paso por detrás del objetivo. Ahora intenta no perder de vista a los leoneses y sobre todo no ceder la quinta plaza al grupo perseguidor. Asegurar el factor pista en la primera ronda de los play off es ahora el objetivo.
La lesiones también han tenido algo que decir en ese lento pero peligroso ritmo degenerativo en el juego. McCoy, cuestionado permanentemente, se ha perdido ocho partidos y Antelo fue baja en dos pero jugó lastrado algunos más y no ha regresado al mismo nivel desde el parón obligatorio.
Con Carlos Cherry pasó algo parecido. El base sevillano paga ahora el peaje de un mes y medio sin entrenar con normalidad.
Pese a todo el Cáceres tiene dinamita en las manos para hacer saltar por los aires a cualquier rival, a cualquiera.
Francis Sánchez y su muñeca nunca pasan de moda; Lucio Angulo, gurú en la pista amenaza también con serlo en internet con un blog muy recomendable aunque desgraciadamente nada fecundo; Humphrey, ausente ante el COB por lesión, se ratifica como una de las apuestas más fiables para la zona en esta categoría y Jeff Xavier intenta dar el paso de jugador de rachas y referencia fiable.
Son la columna vertebral de un equipo que tiene banquillo para sumar pero no para mantener el listón a la misma altura.
Mediano, Movilla, Sanguino, antes Koffi y ahora Valeika, quizá sean la clave para saber si este Cáceres puede soñar con algo más que pasar la primera ronda de los play off o si debe ser una temporada más un buen equipo una buena Liga. Un equipo con argumentos pero que debe ponerlos sobre la mesa con mayor asiduidad.
Poco a poco el equipo entrenado por Gustavo Aranzana ha ido perdiendo trenes y confirmando una peligrosa falta de solvencia a domicilio. El Cáceres pasó de hacer la goma con los dos mejores a ceder también terreno con León y Burgos, es decir, un paso por detrás del objetivo. Ahora intenta no perder de vista a los leoneses y sobre todo no ceder la quinta plaza al grupo perseguidor. Asegurar el factor pista en la primera ronda de los play off es ahora el objetivo.
La lesiones también han tenido algo que decir en ese lento pero peligroso ritmo degenerativo en el juego. McCoy, cuestionado permanentemente, se ha perdido ocho partidos y Antelo fue baja en dos pero jugó lastrado algunos más y no ha regresado al mismo nivel desde el parón obligatorio.
Con Carlos Cherry pasó algo parecido. El base sevillano paga ahora el peaje de un mes y medio sin entrenar con normalidad.
Pese a todo el Cáceres tiene dinamita en las manos para hacer saltar por los aires a cualquier rival, a cualquiera.
Francis Sánchez y su muñeca nunca pasan de moda; Lucio Angulo, gurú en la pista amenaza también con serlo en internet con un blog muy recomendable aunque desgraciadamente nada fecundo; Humphrey, ausente ante el COB por lesión, se ratifica como una de las apuestas más fiables para la zona en esta categoría y Jeff Xavier intenta dar el paso de jugador de rachas y referencia fiable.
Son la columna vertebral de un equipo que tiene banquillo para sumar pero no para mantener el listón a la misma altura.
Mediano, Movilla, Sanguino, antes Koffi y ahora Valeika, quizá sean la clave para saber si este Cáceres puede soñar con algo más que pasar la primera ronda de los play off o si debe ser una temporada más un buen equipo una buena Liga. Un equipo con argumentos pero que debe ponerlos sobre la mesa con mayor asiduidad.
