CRÓNICA

Un COB para ilusionarse

El equipo ourensano destrozó al Rioja desde la defensa y mandó en el marcador con rentas cómodos desde la mitad del segundo cuarto

El COB se estrenó en la liga con su traje de gala. Corbata a juego, zapatos brillantes y ni una arruga. Poco que criticar y solo para 'tiquismiquis'. Algún debutante todavía desnortado, errores puntuales y no haber cosido el aro a mates. Vamos, lo que ya habría sido para pañolada. No se le puede poner pegas al equipo ourensano en su presentación en el Pazo. Ganó y convenció. Un equipo ilusionante en la plantilla y que apunta a adictivo en el estilo.

Defensa y más defensa para llevar el partido al terreno buscado. Un equipo duro en cada contacto e intenso en cada uno contra uno. Capaz de afear a un rival con mucho más talento y baloncesto del que se podría sacar en conclusión. Un COB imponente bajo los aro y activo en el perímetro. Sensacional en defensa. Ni un pero.

En ataque tiene talento y rotaciones para competir. Primero Arco, luego Suka-Umu y Allison, ya en la segunda mitad Edu Martínez . Y siempre Rivero. Con Rejón, Fieler y Busma haciéndose notar pero todo guiado por Rivero. El cum laude en un COB sobresaliente.

Entre el base y Arco dieron al COB la delantera. Ya no la perdería. 15 puntos de los 19 de un equipo ourensano al que castigaron las faltas lo suficiente como que el Rioja se mantuviese relativamente cómodo en el partido.

No ocurrió lo mismo en el segundo cuarto. La defensa del COB fue una cuña sin descanso alguno hasta conseguir la grieta. Busma se hizo todavía más grande de lo que es. Dos faltas prematuras lo condenaron al inicio pero en el tercer cuarto se sobró para condicionar todo el juego en las dos zonas. Obligó a los visitantes a confiar exclusivamente en un juego exterior ya para entonces apático y sin creatividad alguna.

Pero antes Allison y dos triples de Suka-Umu ya habían hecho daño. Diez puntos de ventaja (28-18) mediado el segundo cuarto. Seis puntos concedidos en 9 minutos y 58 segundos hasta que Lobo anotó un dos más uno engañoso para el marcador.

Rivero, como no, dictó sentencia. Dos canasta consecutivas para emplumar el colchón, una Rejón para completar el buen inicio y la irrupción de Edu Martínez para sentenciar el partido. Tres triples marca de la casa y asunto resuelto.

Cuarto y medio por jugar con la victoria en el bolsillo y solo con detalles a los que atender. Ovaciones a granel y con Tyler Brown como única nota discordante. Se le perdona. Su sonrisa a lo Ronaldinho tras recibir la patada desvela su condición de jugón. Ayer fue la cruz de un COB plagado de caras. Un equipo que ilusiona desde el inicio a una afición entregada de antemano. Necesitada de partidos como el de anoche. El mejor momento para enganchar al baloncesto a una ciudad escorada deportivamente y por obligación hacia el Pazo.

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