Mucho ruido en la pista y decibelios en la grada son los símbolos representativos del Canarias

Cuando ruge la marabunta

El pívot Airam Marrero anima al equipo desde el banquillo del Canarias.
Por afición, por plantilla y por ilusión, el Canarias es uno de los claros candidatos al ascenso. Un club con 70 años de historia y con ocho de presencia en la ACB. Un clásico del baloncesto nacional refundado pero con el mismo espíritu de siempre. Fiel a la tradición y en permanente pugna deportiva y social con el vecino en la isla, el Tenerife.

En lo deportivo, los aurinegros pueden presumir de una plantilla equilibrada y de calidad, pero sobre todo de tener el mejor juego interior de la categoría. Jakim Donaldson y Richi Guillén forman una dupla imparable. El mejor nacional de la Liga y el mejor extranjero. Tanto monta, monta tanto. Entre ellos se reparten la mayoría de los MVP de la categoría jornada tras jornada. Un lujo para el club y una pesadilla para los rivales.

Pero hay más. Levi Rost, Jesús Chagoyen o Quique Garrido son complementos de lujo para todas las posiciones. Solvencia, experiencia y lucidez. ¿Más? Nacho Yáñez y Dan Cage son amenaza constante en el perímetro; Jaime Heras, también tirador, equilibra el juego exterior con su defensa; Marrero pone la entrega e Iker Urreizti la experiencia y el oficio de quién ha confirmado su rendimiento temporada tras temporada con número y logros.

La guinda la pone un pabellón, el Juan Ríos Tejera, que se queda pequeño en cada partido y que le impone respeto al rival más experimentado. Una pista que da victorias. El factor pista.

Quique Garrido: ‘El ambiente en este pabellón es increíble’

Quique Garrido, base del Canarias y ex del COB, es duda para el partido: ‘Ya me he perdido dos partidos y además éste es especial, pero hay que esperar. Siempre es bonito jugar contra un ex’. Garrido habla de un equipo, el suyo, imponente: ‘Guillén y Donaldson tiene mucha calidad, marcan la diferencia. Pero no son sólo ellos. Tenemos un muy buen equipo’. ¿Como es jugar en el Ríos Tejera? ‘El ambiente en este pabellón es increíble. A veces te hace ir un poco loco. Hay partidos que vas nueve o diez puntos abajo, empiezan a apretar con los bombos y cambian el partido. Los tiros empiezan a entrar y el rival se viene abajo’.


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