El Ribeiro Rodosa puso punto y final a su interminable racha de jornadas sin ganar y lo hizo con contundencia y a domicilio. Victoria para volver a tener confianza ante un rival directo como el Luceros. “Ya llevábamos unas semanas haciendo mejor las cosas, pero al jugar contra equipos de arriba, más complicados, quizá no se veía tanto. Esta vez era un equipo de nuestra liga y pudimos sacarlo”, explica el técnico Berto Miguélez.
Fue un partido redondo de los ourensanos. Empezando por el nivelazo de Anxo en la portería y en ataque con una aportación coral y con muchos jugadores sumando goles.
El Luceros empezó un poco mejor y llegó a tener dos goles de ventaja (8-6), pero fue un espejismo. En el último tercio de la primera mitad, el Ribeiro logró un parcial de 1-6 que le permitió ponerse por primera vez por delante en el marcador y además irse al descanso con confianza (13-16). Quizá fuese lo único que le faltase al Ribeiro y lo era se confirmó tras el paso por vestuarios.
La segunda mitad fue de única dirección. Cada ataque local era trabado y cada ataque visitante tenía claridad y acaba en gol. La renta se disparó pronto y se convirtió en un colchón de seguridad para no temer nunca por la victoria. Solo quedaba saber la diferencia final y esa se quedó en los 9 goles (25-34).
“Quedan muchos puntos por sumar, pero esperemos que ahora el mismo siga creciendo”, confía Miguélez. Tras el complicado partido ante el Teucro vendrá otros clave ante Carballo y Culleredo que deberían aclarar la situación del Ribeiro en la zona por la permanencia. Lo más complicado ya está hecho, la racha y las malas sensaciones son solo pasado.
