El equipo que dirige Josep Pacreu inicia esta tarde en Ferrol la final a cuatro por el ascenso a la cuarta categoría nacional
Cuando una situación se repite en el tiempo, deja de ser casualidad. Hace apenas un año, el Campus Ourense de baloncesto masculino se convertía en la sorpresa de la competición en la Segunda División masculina al pasar de luchar por la permanencia a desarrollar un curso casi inmaculado y una racha difícil de superar, con victorias en las once primeras jornadas de la primera fase.
A pesar de que se quedaron a las puertas del ascenso al sufrir bajas que mermaron sus prestaciones en los momentos clave, el pasado verano, de nuevo con Pep Pacreu al frente de la nave, decidieron dar el salto a Primera masculina, ocupando una de las vacantes ofrecidas, conscientes de las dificultades que eso podría entrañar.
Nada más lejos de la realidad. Otra vez, dejando a un lado todo lo considerado aleatorio, el conjunto ourensano, sin apenas cambios en la plantilla con respecto al pasado curso (llegó Abel del COB de Liga EBA), realizó una primera fase casi perfecta que le sirvió para ser campeón de invierno con un balance de diez victorias y dos derrotas, y en la segunda vuelta, a pesar de un pequeño bajón de juego y resultados en la recta final, logró el pase para la final four que se disputa este fin de semana en Ferrol.
Al lado de los universitarios, los anfitriones, el BBCA de Ferrol (conjunto ante el que disputarán la semifinal esta tarde a partir de las 18:00 horas), el Cambre y el Xiria (disputarán su encuentro a las 20:00 horas), que buscarán la segunda plaza que les dará acceso a lo que sería el colofón a dos años inolvidables, la segunda plaza de ascenso a la Liga EBA y acompañar al todopoderoso Obradoiro Silleda, que demostró su potencial con un ascenso directo inmaculado.
Esta tarde, el pabellón Gómez Noya de Ferrol define si el Campus de Pacreu sigue sorprendiendo o si pone el punto y final a una temporada 2018/2019 en la que ya tiene un sobresaliente.
El entrenador
El técnico del Campus Ourense, Josep Pacreu, destacó antes de iniciar el viaje a Ferrol para disputar la final a cuatro que "todo lo que le está sucediendo a estos chicos es más que merecido. Es un placer entrenarlos y ver su capacidad de esfuerzo y de trabajo, por eso jugar esta final a cuatro es un premio para todos. Vamos con la mochila llena de ilusión y si podemos conseguir el ascenso, que no quepa duda de que lo haremos".
Enfrente, el anfitrión, un BBCA de Ferrol con experiencia y que repite en la final a cuatro. "No cabe duda de que es el favorito. Además, juega en casa y eso le dará una motivación extra. Nosotros vamos a hacer nuestro juego, sin importarnos el factor externo y quién sabe, si llegamos al final con el marcador igualado quizá le traicione esa ayuda del público. No tenemos ninguna baja y eso es un seguro para nosotros".
