Hablar del dopaje es desgraciadamente hablar del día a día en el deporte y no sólo en el profesional. Aseguraba desde la butaca el médico Benito Ramos que el dopaje es ya un tema como el hambre en el mundo o la corrupción política. Todo el mundo sabe, todo el mundo opina. Cierto. Pero pocos saben tanto y con tanta meticulosidad de esta lacra como el médico Elías Festa Cayuela.
Brillante en su exposición de un tema tan complejo. Cronológico en su inicio, subjetivo en el desarrollo y sincero y convincente en las explicaciones. Poco o casi nada de lo que seguro podría llegar a exponer pero sí didáctico y la vez ameno. De agradecer.
'Van hasta arriba' fue una de sus primera expresiones. Contundente. Sincero. 'Con la sensación del deportista de que o lo hacen o no ganan', añadió. Quizá así trató de dar respuesta a la pregunta con la que tituló la conferencia: '¿Por qué el dopaje?'.
Gráficamente recordó los primeros casos conocidos de dopaje en el deporte: 'En 1865, en natación y con una sustancia desconocida. Sólo se sabe eso'. Enfatizando lo que llamó 'doping de estado' y su relevancia desde los Juegos de Munich (1952) en adelante: 'Países como la RDA, Bulgaria o Rumanía buscaban poderse ver gracias al deporte'.
Una espiral ascendente de peligrosidad y abuso de sustancias prohibidas que tuvo su clímax en otros Juegos, en 1988. 'El positivo de Ben Johnson fue el primer dopaje mediático y pasa a ser una cuestión de estado. La situación es ya tan grave que los gobiernos se dan cuenta que algo deben hacer', asegura Elías Festa. Y recordó que 'los años 80 y 90 se pueden denominar como de 'barra libre'. Se consumen sustancias como esteroides, hormonas, hay transfusiones, EPO...'. De todo y para todos en un deporte que ya nunca estará a salvo de la sospecha popular.
Con la creación de la AMA o la WADA se trata de controlar a los deportistas para invertir una tendencia salvaje y que ahora conlleva a controles drásticos. 'Se ha producido el efecto péndulo. Antes el desfase era enorme y ahora quizá el control que se trata de hacer de los deportistas en algunos casos sea excesivo', finalizó.
Pasado y presente de un problema sobre el que pronosticar se antoja imposible.
'Van hasta arriba' fue una de sus primera expresiones. Contundente. Sincero. 'Con la sensación del deportista de que o lo hacen o no ganan', añadió. Quizá así trató de dar respuesta a la pregunta con la que tituló la conferencia: '¿Por qué el dopaje?'.
Gráficamente recordó los primeros casos conocidos de dopaje en el deporte: 'En 1865, en natación y con una sustancia desconocida. Sólo se sabe eso'. Enfatizando lo que llamó 'doping de estado' y su relevancia desde los Juegos de Munich (1952) en adelante: 'Países como la RDA, Bulgaria o Rumanía buscaban poderse ver gracias al deporte'.
Una espiral ascendente de peligrosidad y abuso de sustancias prohibidas que tuvo su clímax en otros Juegos, en 1988. 'El positivo de Ben Johnson fue el primer dopaje mediático y pasa a ser una cuestión de estado. La situación es ya tan grave que los gobiernos se dan cuenta que algo deben hacer', asegura Elías Festa. Y recordó que 'los años 80 y 90 se pueden denominar como de 'barra libre'. Se consumen sustancias como esteroides, hormonas, hay transfusiones, EPO...'. De todo y para todos en un deporte que ya nunca estará a salvo de la sospecha popular.
Con la creación de la AMA o la WADA se trata de controlar a los deportistas para invertir una tendencia salvaje y que ahora conlleva a controles drásticos. 'Se ha producido el efecto péndulo. Antes el desfase era enorme y ahora quizá el control que se trata de hacer de los deportistas en algunos casos sea excesivo', finalizó.
Pasado y presente de un problema sobre el que pronosticar se antoja imposible.
