Espiñedo, una fiesta permanente

Los jugadores del Arenteiro celebran el gol marcado por Manín ante el filial del Valladolid. (JOSÉ PAZ)
photo_camera Los jugadores del Arenteiro celebran el gol marcado por Manín ante el filial del Valladolid. (JOSÉ PAZ)
Un gol de Manín a los 26 minutos le bastó al Arenteiro para ganar al Valladolid B y prolongar a la liga la euforia de un equipo clasificado para la Copa

El Arenteiro sigue con paso firme, ganando y convenciendo. Esta vez fue el Valladolid Promesas, que llegaba a Espiñedo como líder y se fue, como todos desde que empezó la liga y a los que se debe añadir los partidos de Copa Federación, sin poder llevarse nada. Cayó por 1-0, pero es que además casi no inquietó al meta Diego García.

Es difícil explicar la actual situación de los verdes. A ritmo de miércoles y domingo desde hace un mes sigue ganando, divirtiéndose y cada semana jugando mejor. Es de suponer que el cansancio llegará un día, o no, ya ni se sabe. Y no será porque los rivales no le exigen, que sí lo hacen. Pero han cogido una madurez, un manejo de los partidos a su antojo y una lectura perfecta que acaban desesperando a sus oponentes. 

Ante el conjunto de Pucela más de lo mismo. Un partido que ya visto en las últimas semanas. Es fácil contarlo, pero no tanto llevarlo a cabo. Ayer, y con la lluvia como protagonista después de muchos meses, los de Fran Justo volvieron a salir fuertes. En los primeros cinco minutos, dos buenas internadas, una por la derecha de Germán Novoa y la otra por la izquierda de Joseca, obligaron a los visitantes a emplearse a fondo en defensa. Y a los 26 minutos el 1-0: apertura de Álex Fernández a la derecha para Pibe, que centra con rosca y Manín, en el segundo palo, no perdona y marca con la izquierda.

Ya estaba el partido donde quería el Arenteiro, pero lejos de especular fue en busca del segundo. Y debió llegar en un libre directo de Álex Fermández que devolvió el larguero. A mayores el árbitro madrileño le perdonó una clara segunda amarilla al visitante Fran Rivera. Tan clara que el míster visitante, Julio Baptista, que fue el que más fotos se hizo en Espiñedo, lo retiró del campo antes de que el árbitro se arrepintiera. 

En la segunda parte, el guion fue el mismo. Salida en tromba verde y un par de ocasiones claras en la portería visitante. La primera de Pibe se fue arriba y la segunda de Manín, que disparó raso y bien, la salvó el meta Yari en una gran intervención evitando el que podría haber sido el 2-0.

Toca defender

Quizá como veían que el segundo no llegaba, los verdes decidieron poner el candado y confiar en sus dotes defensivas, que también son buenas. Ahí también son unos maestros. El Valladolid Promesas intentó poner una marcha más, pero entre cambios, parones y lesiones apenas se jugó a nada. Al Arenteiro le iba de perlas y a los visitantes los desesperó en protestas que no le ayudaban. 

Al final, una victoria más para los de Fran Justo, que ya están terceros. Eso sí, con poco tiempo para celebrarlo. Hoy vuelta a entrenar y el miércoles Copa Federación. Otra fiesta  con el Real Unión de Irún como invitado.

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