El misterioso entrenador del Verín, Óscar Bartolomé Seoane López está fichado por la Guardia Civil como 'estafador genérico' pero la noticia publicada por La Región en el día de ayer hizo saltar las alarmas también en la Ertzaintza, concretamente en la comisaría de Irún, Guipúzcoa.
El entrenador presentado el martes en el José Arjiz acudió al club al volante de un Ford Focus con la inscripción en la luna trasera de un concesionario irundarra. Al preguntarse por él en dicho concesionario el propietario no dudó el contar su extraña experiencia con Óscar Bartolomé Seoane y aseguró que hacía semanas había presentado la denuncia por el robo del coche en Irún. La Ertzaintza se puso en contacto con La Región durante la tarde de ayer y confirmó los datos publicados por este periódico además de reconocer que estaba en contacto con la Guardia Civil de Verín para tratar de localizar el entrenador, representante de jugadores, promotor y árbitro de fútbol.
La Guardia Civil reconoce que sobre Bartolomé Seoane consta un señalamiento de averiguación de domicilio y paradero y que como residencia habitual consta la ciudad de Vigo.
Además de poner en alerta a las fuerzas de seguridad, la noticia publicada por La Región y por Atlántico Diario causó un gran impacto en el mundo del deporte y generó comentarios en webs y redes sociales de personas que decían haber sido víctimas de los enredos del propio Seoane que este periódico no ha podido contrastar.
Una historia que suena a ficción pero en la que se han visto afectadas empresas y particulares y a la que la Guardia Civil y la Ertzaintza trata de poner remedio.
La Guardia Civil reconoce que sobre Bartolomé Seoane consta un señalamiento de averiguación de domicilio y paradero y que como residencia habitual consta la ciudad de Vigo.
Además de poner en alerta a las fuerzas de seguridad, la noticia publicada por La Región y por Atlántico Diario causó un gran impacto en el mundo del deporte y generó comentarios en webs y redes sociales de personas que decían haber sido víctimas de los enredos del propio Seoane que este periódico no ha podido contrastar.
Una historia que suena a ficción pero en la que se han visto afectadas empresas y particulares y a la que la Guardia Civil y la Ertzaintza trata de poner remedio.
