Mucho tiempo ha pasado desde marzo de 2020, cuando la crisis sanitaria del coronavirus provocó que el mundo se parara. Poco a poco, todo ha ido yendo hacia la normalidad y el deporte no ha sido menos. El fútbol, en concreto, ha dado un paso al frente y ha activado todas las competiciones de categoría nacional y autonómico.
Sólo faltaba el fútbol provincial y por fin el próximo fin de semana, el balompié local, el de los campos de tierra y los balones mikasa, regresa a escena.
Vuelve la Primera Galicia, mientras que la Segunda lo hará una semana después. Esta temporada habrá dos grupos en la máxima categoría del fútbol aficionado, además la Tercera desaparece para dar paso a una Segunda con tres grupos.
Con este paso, la normalidad ya parece un hecho. Una vez eliminadas las restricciones de aforos en los campos, el público ya puede estar en contacto con los jugadores y eso una alegría y una señal de que las cosas van mejor.
Ayer, el campo de Espiñedo vivió una de esas tardes de fútbol de las de antes. El máximo representante del balompié ourensano, el Arenteiro, se midió al Compostela en un partido muy disputado y donde el campo carballiñés, pese a haber puente, presentó la mejor entrada de la temporada. El deporte es el mejor entretenimiento y por suerte ya está de vuelta. El último en subirse al carro, el fútbol provincial.
